Boca Juniors venció esta noche a Tigre 2 a 1, en un partido que tenía para golear y terminó
sufriendo, por la novena fecha del torneo Apertura. Nicolás Gaitán, en dos ocasiones, marcó los
goles de Boca, mientras que Carlos Luna descontó para el conjunto de Victoria.
El partido se jugó en la cancha de Vélez, donde Boca hizo las veces de local, con un buen
arbitraje de Néstor Pitana.
Con este resultado Boca llega a los 14 puntos en el torneo Apertura y sueña con poder pelear
el campeonato, mientras que Tigre se hunde en el fondo de la tabla de posiciones.
Todos los problemas que tenía Boca en su partido ante Tigre se comenzaron a resolver, con un
error grave del fondo del equipo de Victoria, que dejó solo a Gaitán, al dar mal el paso hacia
adelante para dejarlo en posición offside, y el volante devenido a delantero abrió el marcador,
cuando el segundo tiempo recién empezaba.
Pero cuando Boca estaba para golear, para cerrar un partido casi perfecto, volvieron los
fantasmas con el descuento de Luna y los minutos finales del partido, que deberían haber sido una
fiesta y terminaron siendo un “parto”.
En el arranque del juego se paró mejor Boca, con Juan Román Riquelme muy activo, al igual que
Martín Palermo, pero el resto de los volantes no mostraron la misma actitud y sólo Hugo Ibarra era
una buena compañía por derecha.
Pese a tener el dominio total de la pelota al equipo de la ribera le costaba entrarle a la
defensa de Tigre, pero igual tuvo situaciones en la etapa inicial.
Gaitán, el propio Palermo y Riquelme mediante un tiro libre que pegó en el palo, fueron
algunos de los jugadores de Boca que pudieron abrir el marcador.
Con el correr de los minutos creció el juego de Sebastián Battaglia, Riquelme siguió
generando espacios y habilitando a sus compañeros, pero la figura de Daniel Islas impedía que Boca
se pusiera en ventaja.
A todo esto Tigre también inquietó en un par de oportunidades al fondo de Boca, porque sus
centrales (Cáceres y Paletta) dan muchas ventajas, pero esta vez el que apareció fue Roberto
Abbondanzieri, quien le ahogó en sendas ocasiones el grito de gol a los dirigidos por Diego Cagna.
Con el 0 a 0 se fueron al descanso y las dudas comenzaban a invadir a todos en la cancha de
Vélez.
Sin embargo, la defensa de Tigre se encargó de que Boca se pudiera poner en ventaja, porque
un largo pelotazo de Battaglia dejó solo a Gaitán, quien sin problemas definió ante la salida de
Islas.
A partir de ese momento comenzó otro partido, porque todo fue de Boca, la pelota, el buen
juego, la profundidad y las situaciones de gol.
Por eso no sorprendió que a diez minutos de ponerse en ventaja llegara el segundo gol,
marcado otra vez por Gaitán, esta vez de cabeza, luego de un centro de Federico Insúa, coronando
una gran jugada colectiva.
Tigre no encontraba respuestas y cuando Carlos Luna pudo descontar, Abbondanzieri cerró el
arco y ya nadie dudaba del triunfo de Boca.
Riquelme estuvo a punto de hacer dos goles inolvidables, Palermo no quiso ser menos y Boca
comenzó a perdonarle la vida a los de Victoria.
Y cuando se perdona tanto la vida se empieza a sufrir, sin sentido, porque tenía todo para
golear y de golpe se encontró ganando por la mínima diferencia, luego de que Luna, de palomita,
mandara la pelota al fondo de la red tras un centro de Leandro Lázaro.
Boca tuvo para aumentar en varias contras, pero Tigre también estuvo cerca del empate cuando
Lázzaro definió mal en el mano a mano con Abbondanzieri.
Luego Guillermo Suárez estrelló un tiro en el palo y ahí se paralizaron todos los corazones
xeneizes, que veían que se les podía ir el partido de las manos.
Al final Boca pudo cantar victoria, en forma merecida, pero pudo haber pagado caro no
concretar las situaciones de gol que generó en el segundo tiempo.