Boca le empató a River en el final y le amargó la tarde
Lo empató a lo Boca, con más corazón que ideas, pero más allá de la forma el xeneize se llevó un punto de un superclásico que fue casi todo de River. Aún jugando mal Boca frustró al conjunto millonario.
29 de octubre 2012 · 01:00hs
Lo empató a lo Boca, con más corazón que ideas, pero más allá de la forma el xeneize se llevó un punto de un superclásico que fue casi todo de River. Aún jugando mal Boca frustró al conjunto millonario que ganaba 2-0 y saboreaba la victoria en su vuelta al círculo mayor del fútbol argentino. El encuentro terminó 2-2.
River se encaminaba a una clara victoria de manera temprana con un gol de Ponzio al minuto, que contó con la complicidad de Orion, y otro de Rodrigo Mora, a los 25 minutos del período final. Pero Santiago Silva descontó de penal y Walter Erviti, en el primer minuto adicionado, consiguió la dramática igualdad.
Ese final entregó imágenes disociadas de lo ocurrido en el campo de juego: Boca marchó victorioso, con una fiesta en su tribuna, y River, en contraste, incrédulo por dilapidar un triunfo que tenía en su bolsillo. En lo estrictamente numérico, el resultado no le sirvió a ninguno.
El grosero error de Orion, que no le puso el cuerpo a un tiro libre frontal de Ponzio con pique previo, fue un sorpresivo comienzo para el superclásico. Ese impacto psicológico le permitió al equipo local imponerse como dominador del juego y asimilar la mala fortuna por las lesiones de Ramiro Funes Mori y Martín Aguirre, que forzaron dos cambios antes del cuarto de hora.
Ponzio se adueñó del mediocampo, Carlos Sánchez ofreció salida rápida por la derecha, Trezeguet pivoteó con inteligencia y Mora rotó por todo el frente ofensivo.
Contrariamente, a Boca le costó muchísimo entrar en el partido porque sus volantes fueron incapaces de tomar la pelota para conectarse, por lo que sus delanteros quedaron completamente aislados.
En el complemento el desarrollo del juego tuvo un dominio repartido porque River perdió el control absoluto de la mitad de la cancha y Boca se adelantó. En los 20 minutos finales, el superclásico adquirió una emoción difícil de imaginar hasta entonces. Llegó el segundo gol de River con el que el millonario se encaminaba hacia un desenlace a puro goce. Pero un error de González Pirez terminó en un innecesario penal sobre Acosta. Silva anotó el descuento y el derby ganó en dramatismo. En el descuento, una jugada bien manejada por Paredes, terminó en un centro de Acosta que Silva bajó de cabeza para que el ingreso de Erviti sacudiera el Monumental. El gesto inmóvil de Almeyda, el silencio de los hinchas de River, la alegre serenidad de Falcioni, el desahogo de los jugadores de Boca y el delirio de sus hinchas constituyeron la escena del abrupto final en Núñez.