Boca exhibió una contundencia que no entregó en otros partidos y terminó ganándole a Racing por 2 a 1, en Avellaneda, y acalló algunas críticas en torno a resultados. Pero no calló después del partido, como había dicho Riquelme el viernes, ya que la victoria hizo que el 10 abriera la boca para la TV y Bianchi diera la conferencia de prensa (ver aparte). Y si bien los problemas de vestuario continuarán, seguramente hasta fin de torneo, los 10 puntos en la tabla tranquilizarán un poco las cosas. ¿Y la Academia? Más de lo mismo. Otra derrota y ya lleva 5, por lo que los dirigidos por Mostaza Merlo cierran las posiciones y el ciclo del DT parece pender de un hilo.
El primer tiempo se lo llevó el visitante porque mostró eficacia en la prácticamente única jugada más o menos coherente que hilvanó. A los 24' Insúa desbordó por izquierda y envió la pelota hacia el medio, por donde ingresó Sánchez Miño, quien remató de derecha y colocó la pelota lejos del alcance del arquero Saja.
El equipo del Virrey se encontró en ventaja y empezó a defender esa diferencia. Gago y Riquelme tomaron mayor contacto con la pelota, con intermitencias, y garantizaron que Boca no pasara demasiadas urgencias.
Por el contrario, Racing mostró nervios y su gente en las tribunas empezó a reclamarle por la derrota provisoria y la incómoda posición en la tabla.
En el segundo período, el ingreso del experimentado Camoranesi (por el lesionado Cerro) le dio mayor dinámica al local, que empezó a manejar mejor el balón, aprovechando el retraso de las dos líneas defensivas visitantes.
La entrada de Vietto también contribuyó a que la Academia luciera una mejor impresión, pero sin desplegar un lucido funcionamiento colectivo.
A los 57' un cabezazo de Cahais fue rechazado por Orión y del rebote Vietto reventó el travesaño con otro frentazo. Y Racing tradujo ese mejor accionar en el empate, a los 67', cuando el Cata Díaz empujó a Cahais tras un tiro de esquina. El árbitro Trucco vio el penal y Saja facturó con un remate bajo, junto al poste izquierdo.
Parecía que el partido quedaba a disposición del dueño de casa, más por empuje y fuerza que por una sólida prestación colectiva. Ayudado, además, por el quedo xeneize.
Sin embargo, el ingreso del pibe Luciano Acosta por un apático Riquelme le dio algo más de frescura. Y el juvenil enhebró la maniobra que desembocó en la victoria: habilitó a Gigliotti, que remató cruzado, el arquero Saja dio un rebote corto y Erbes que venía por el centro del área conectó al gol.
Tras el 2-1 Boca se dedicó a cuidar la pelota, maniató cualquier atisbo de reacción del rival y se abrazó a un triunfo que se basó en la practicidad y en la contundencia. Porque el fútbol y un buen funcionamiento siguen siendo materia pendiente. Por el lado de Racing quedó la impresión óptica de que no mereció perder, aunque también se instala la sensación de la fragilidad de espíritu y lo difícil que le resulta dar vuelta un resultado adverso.
La interna xeneize abona el folclore de las hinchadas
Lo que sucede en el fútbol se transforma en condimento del folclore futbolístico, por eso no sorprendió que la hinchada de Racing utilizara la mediática interna de Boca para darle la bienvenida en la previa del partido. Cuando el arquero Orion salió al campo para realizar trabajos precompetitivos los hinchas locales le cantaron a viva voz: “Y ya lo ve, y ya lo ve, es el buchón del cabaret”. Hit que volvió a tronar cuando estaba por empezar el juego. Orion fue sugerido por Pablo Ledesma en ser el infidente de la prensa de lo que sucedía en el vestuario, hecho que derivó en un combate entre el arquero y el volante, quien se habría llevado la peor parte del enfrentamiento.
Riquelme rompió el silencio y se mostró muy ilusionado
Otra vez Juan Román Riquelme se adueñó de todas las miradas por un hecho que protagonizó fuera del campo de juego. Es que ayer rompió el silencio luego de la dura posición que había asumido el viernes pasado, cuando anunció que el plantel no iba a dirigir la palabra a la prensa. Tras la victoria de anoche el enganche manifestó: “Necesitábamos ganar. Nosotros tenemos la ilusión de pelear el campeonato hasta el final. Es nuestra esperanza”.
“Ahora vamos a ver qué pasa con Argentinos”, agregó Riquelme, mirando ya el programa de la próxima fecha, quien accedió a hablar unas palabras para la transmisión oficial, de la Televisión Pública.
Cuando el periodista lo consultó acerca de la promesa de no hablar más, Riquelme comentó: “No pasa nada, pasa que el vestuario es nuestro, ahora la gente va a estar contenta”.
Y siguió con su visión positiva: “La cosa es sumar de a tres y estamos más cerca”. Respecto de la competencia doméstica, a doce fechas del desenlace, el capitán auriazul sostuvo que “todos los partidos son muy “difíciles” y “los equipos muy parejos”.
Merlo resiste como puede
Reinaldo Merlo dijo que de la crisis de resultados “se sale trabajando” y dio a entender que continuará en el cargo. “Tengo más energía que nunca para sacar al equipo de este momento", dijo Mostaza, quien discutió con la prensa.