Boca se tomó venganza y ahora piensa en Newell's. Siempre hablando de la Libertadores. Porque el xeneize, que había ganado en la ida 1-0, anoche eliminó a Corinthians en San Pablo tras empatar 1-1. Así se tomó revancha de la última final perdida ante el mismo rival y se ubicó como el próximo rival del equipo del Tata Martino.
Riquelme, de brillante labor en su retorno tras un desgarro, adelantó en el marcador a Boca a los 25', mientras que Paulinho empató para los brasileños a los 50'.
Fue inteligente el planteo de Boca desde el inicio. Porque se adueñó de la pelota y se paró en campo rival para no pasar sobresaltos.
A los 7` el enganche xeneize avisó con un remate desde afuera del área. Y un minuto después el árbitro paraguayo Carlos Amarilla cometió su primer error grave de la noche, cuando ignoró una clara mano del defensor Marín, que significaba penal para el local y roja por doble amonestación para el jugador de Boca.
Siguió Boca con una sólida tarea en el mediocampo, sin refugiarse cerca del arco de Orión y le tapó los caminos ofensivos al dueño de casa, con Walter Erviti como socio importante para Riquelme.
A los 23` la terna paraguaya cayó en el otro fallo calve para la serie, cuando Romarinho ingresó al área habilitado y anotó para el actual campeón de América y del mundo, pero el asistente Rodney Aquino cobró posición adelantada.
El clima efusivo de los 40 mil hinchas locales, que con un aliento constante empujaban a sus jugadores a igualar la serie, desapareció con la lámpara mágica de Riquelme, quien convirtió desde afuera del área un golazo contra el ángulo derecho del arquero, cuando lo más sensato era un centro al área.
Los dirigidos por Bianchi se fueron al descanso confiados por el buen rendimiento. Pero esa tranquilidad se desvaneció cinco minutos despues, ya que el local llegó al empate gracias a la cabeza de Paulinho.
Ahí se agigantó la figura de Orión, que fue el responsable de que Corinthians no se adelante en el marcador. Así transcurrió el resto del partido. El local siguió yendo en busca de cambiar la historia, pero Boca aguantó. Y ahora piensa en Newell's.