Los días en Boca siguen convulsionados. Nada se solucionó. En todo caso, hay una
tensa calma. Los barrabravas no aparecieron por Casa Amarilla para vengar la denuncia de Juan Román
Riquelme, que habrá que ver si ratifica el martes en tribunales (ver aparte) y el futuro entrenador
sigue siendo una incógnita. El equipo sigue por ahora conducido por Tito Pompei y entonces, al
menos ayer, lo más importante fue el fútbol y la preparación para el encuentro del domingo en La
Bombonera ante el ascendente San Lorenzo del Gallego Méndez. Y en ella, el técnico interno no podrá
contar con jugadores importantes: casi seguro no tendrá al 10 xeneize y tampoco con su natural
reemplazante Federico Insúa, desgarrado.
Había temores ayer de que la barra apareciera por Casa Amarilla, luego de la
derrota 1 a 0 ante Gimnasia en La Plata. Por eso había personal policial, uniformado y de civil,
por si acaso había visitas indeseadas. Todo está muy sensible desde que Riquelme dijo que festejó
el gol récord de Palermo hacia la platea porque no quería hacerlo hacia la popular donde estaba la
Doce, después del mal rato que pasó él y sus compañeros en la previa al partido con Arsenal.
Pero al menos ayer no pasó nada, el plantel entrenó sin problemas de ese tipo,
sino de otros, de los físicos que afectan a jugadores clave como Riquelme.
Ayer se informó que el talentoso volante xeneize mejoró de la sinovitis en la
rodilla izquierda, lo cierto es que no pudo practicar con normalidad y aún está lejos de hacerlo
como para estar en óptimas condiciones.
Encima, Pompei no podrá contar con Insúa, quien había sentido una molestia en el
aductor derecho al final del primer tiempo con Gimnasia pero recién fue reemplazado a los quince
minutos del complemento. Y ayer, luego de un estudio de imágenes, se detectó que estaba desgarrado,
por lo que seguramente se perderá el resto del Clausura.
Pompei obviamente aguardará la recuperación de Riquelme, pero en caso de que no
pueda llegar mantendría el mismo esquema con la inclusión de Guillermo Marino, Cristián Chávez o
Nicolás Gaitán. Otros que entrenaron diferenciado fueron Ezequiel Muñoz (aductor derecho) y
Cristian Erbes (aductor Izquierdo).
En tanto, el zaguero brasileño Luiz Alberto ya no estuvo presente en la práctica al haber
acordado con la comisión directiva la rescisión de su vínculo con el club, que se extendía hasta
diciembre venidero. De esta manera, es el primero que entra en la limpieza del plantel, que
seguramente se seguirá depurando antes del 30 de junio, cuando venzan varios de los contratos.
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Ampliarían indagatoria
Tras citar al volante Juan Román Riquelme para el martes, el fiscal en lo
Contravencional, Penal y de Faltas de la Ciudad de Buenos Aires Martín Lapadú dijo que no descarta
seguir el mismo camino con dirigentes, jugadores y hasta el cuerpo técnico de Boca por el supuesto
apriete de la barrabrava a los jugadores el 11 de abril.
"Si la causa lo requiere, citaremos a los dirigentes y al resto del plantel", expresó ayer
Lapadú. "Hay que avanzar en tratar de individualizar quiénes fueron los hacedores", del supuesto
aprieteagregó el fiscal, en esta causa que investiga el delito de "amenazas para alarmar o
amedrentar a una o más personas", que según el artículo 149 bis del Código Penal, tiene una pena de
seis meses a dos años de prisión.
Giunta se postula
Después de confirmarse el rechazo de Guillermo Barros Schelotto a la posibilidad de ser el
próximo entrenador de Boca, ahora se sumó a la carrera el DT de Almirante Brown e ídolo xeneize,
Blas Armando Giunta. El hacedor del "huevo, huevo, huevo" en el cántico tribunero, dijo que mantuvo
una charla informal con el dirigente Marcelo London, en la cual se le había preguntado su
disponibilidad a dirigir Boca, a lo que respondió que sí. "Estoy capacitado", dijo, y sobre la
relación Palermo-Riquelme, expresó que "se conversa y punto".