Fin de semana sin partidos oficiales. Fecha postergada por la disputa de las eliminatorias sudamericanas. Esta vez en la sala de prensa del predio de Bella Vista no estaba la urgencia periodística por conocer el equipo titular de Newell’s, ni los detalles tácticos de cómo sería planteado el encuentro dentro de siete días ante Nueva Chicago. Habrá tiempo para eso. Por eso la charla interesante con el entrenador Lucas Bernardi se fue hacia otros horizontes, hacia su manera de encarar la profesión, de vivir su primera experiencia como DT en el club de sus amores, de cómo toma las críticas y los elogios y, en especial, sobre la forma que tiene de convivir con la presión de los resultados. “Yo disfruto todo el tiempo ser técnico. Igual conozco las reglas: ganás estás, perdés te vas”, resumió con claridad.
—¿Pensás que en los momentos donde no se daban los resultados hubo críticas desmedidas hacia tu ciclo como DT?
—No. No lo sé. No las vi. Veo a los periodistas cuando vienen acá y escucho lo que ustedes me dicen acá y lo analizamos juntos. Pero no observo si la crítica es desmedida o no. La única respuesta que tengo a lo que es el afuera es lo que genero acá. No sé si la crítica es desmedida o no, o si hay elogios o no. Tampoco estoy pendiente de eso. No me puedo guiar por eso. No seré ni mejor con los elogios ni peor con las críticas desmedidas. Seré lo que tengo que ser y el equipo será lo que tenga que ser de acuerdo a lo que nosotros le podamos ofrecer. Evalúo lo que charlamos acá. Si las críticas son desmedidas afuera no lo sé. Lo que me gustaría es que haya debate acá adentro porque la única respuesta que tengo es acá, cuando nos vemos cara a cara. Lo demás no cuenta.
—Se dice que todos los técnicos están sentados en una silla eléctrica, pero si hay algo que marcaste desde que llegaste acá es que disfrutás mucho este momento de dirigir a Newell’s.
—(Risas) Para mí es difícil porque siento que la gente no cree que sea sí. Pero lo disfruto todo el tiempo y no creo que sea una silla eléctrica. Conozco las reglas y ya está. Al lugar de la silla eléctrica lo ponen ustedes (periodistas). Yo sé cómo es: ganás estás, perdés te vas. Las reglas son claras y las acepté desde el día que decidí ser entrenador. Eso no modifica nada. Sí, tengo absolutamente claro que el lugar que ocupo es para disfrutarlo, no para sufrirlo. Entiendo los resultados, vivo de los resultados, convivimos con el resultado, pero yo disfruto el lugar que ocupo.
—Por las urgencias del fútbol el técnico es el que más convive con esta silla eléctrica.
—Pero yo no. Si quieren les doy un título para mañana. Yo desde el día que firmé sabía que en algún momento me voy a ir, cuál es el inconveniente. Desde el día que decidís ser entrenador sabés que te van a echar, ¿cuándo?, lo decidirán los dirigentes, Roberto (Sensini) y la comisión directiva.
—También hay DT a quienes les va bien y que deciden irse.
—Por supuesto, pero ahora me plantearon el tema desde el lugar de la silla eléctrica. Si yo me siento en una silla común decidiré cuándo me voy a ir, ahora si estoy sentado en una silla eléctrica no lo decido yo. Ese es el punto. Convivo con la realidad del fútbol. Sos entrenador, no ganás y te invitan a que te vayas. Bárbaro. Ahora yo no voy a sufrir de acuerdo a esta situación porque conozco las reglas de juego. Si no me quedaría en mi casa. Pero como tengo ganas de hacer lo que me apasiona y me ofrecieron el cargo estoy acá. Sabiendo todo lo que implica esta situación y hacerlo en esta ciudad. Y yo disfruto ser entrenador. En algún momento me tendré que ir. O me echarán o me iré. Es parte de la realidad del fútbol. Ganás, perdés o empatás. Yo decidí disfrutarlo, no sufrirlo.
—Hablando de la realidad del equipo, ¿cómo fue esta semana sin competencia donde ahora los resultados los acompañan?
—El ánimo está mucho mejor, esta semana estamos más relajados por el hecho de no haber competencia. En los últimos partidos estuvimos muy bien en algunos aspectos, como la actitud, las ganas, la intensidad y el ímpetu para querer salir adelante. En lo futbolístico tuvimos momentos muy buenos, algunos buenos y otros regulares, en cada uno de los partidos. En dos encuentros terminamos con uno menos y no logramos durante los 90 minutos tener el control del juego, sí en pasajes de los partidos. El resultado nos permitió seguir creciendo y tener más confianza. Sabemos que vamos bien y debemos mejorar sin ninguna duda.
—¿Tu idea es lograr que el equipo sea ofensivo y que además apriete con agresividad?
—Ese es el ideal. La búsqueda es siempre el ideal. Al buen juego no lo hemos resignado en pasajes de los partidos, sí hubo momentos donde el equipo tuvo que adaptarse a situaciones adversas y recuperamos la pelota más atrás de donde queremos hacerlo.
—En tu gestión le diste cabida a los juveniles en primera. Esto lo haces junto al coordinador de inferiores Carlos Picerni. ¿Cómo lo llevan adelante?
—El camino al que tenemos que volver es tener un club de relación directa entre la primera y las inferiores. Los chicos están para crecer y para llegar algún día a jugar en la primera de Newell’s, del fútbol argentino o dónde les toque. Todo el mérito está en lo que demuestran los chicos.