Hasta anoche todo parecía indicar que las súplicas de Ramón Díaz fueron escuchadas y que la boba,
esa jugada marca registrada que parecía tener destino de Monumental, ahora hará delirar a las
tribunas del Nuevo Gasómetro. Y por si fuera poco, el viernes a la noche en Portugal, Rafael Savino
llegó a un acuerdo con Benfica para repatriar a Gonzalo Bergessio. Aunque todavía resta un detalle:
acordar el contrato con el delantero.
Es que San Lorenzo, a través de sus inversores, ofreció ayer a la tarde
3.500.000 euros por el 50 por ciento del pase de D’Alessandro, el dinero que exigía el club
aragonés para liberar al jugador. A los españoles no les había parecido seria la manera en la que
Savino y compañía se sentaron en la mesa. Porque primero ofrecieron 2.500.000 euros por el 70 por
ciento de los derechos económicos del enganche. Después, se estiraron hasta 3.200.000. Hoy irán con
todo. Y una de las estrategias para allanar el camino es que Zaragoza fije una opción para volver a
comprar al jugador a partir de junio. “Estamos cerca de un acuerdo”, dijo Gustavo
Ranucci, hombre fuerte del grupo inversor que aporta en el club de Boedo.
De esta manera, San Lorenzo remontaría una transferencia que el jueves
parecía volcarse para el lado de River, que había ofrecido un millón de dólares por seis meses. Ya
había pasado la bronca con Mascardi, apoderado del volante, a quien acusaban de haber acercado al
jugador a Núñez por la relación que lo une con José María Aguilar, presidente millonario. Aunque el
viernes el propio Mascardi aseguró: “A mí me conviene más una venta que un préstamo”.
La cuestión es que en Zaragoza veían con mejores ojos una negociación con River porque
consideran más saludable para una eventual vuelta al mercado europeo que D’Alessandro luzca
una banda roja cruzada en el pecho antes que la camiseta azulgrana. Hasta que surgió la posibilidad
de la recompra, una estrategia que beneficiaría a todas las partes.