Barcelona manifestó su indignación luego de que el diario español El Mundo filtrara supuestas exigencias de Lionel Messi para renovar su contrato con el club en 2021, negociación que finalmente se frustró y derivó en la partida a Paris Saint Germain.
Al elevado sueldo y una prima de 10 millones de euros se sumó que la Pulga habría solicitado vuelos privados para su familia, un palco privado en el Camp Nou para él y para Luis Suárez y una elevada cláusula de rescisión.
Todo lo publicado generó un enorme revuelo y la dirigencia del club fue la apuntada de filtrar información. Es por eso que a través de un comunicado, Barcelona indicó que se trata de una filtración interesada de unas informaciones que formarían parte de un procedimiento judicial que podría perjudicar el vinculo con el futbolista, al que los hinchas desean volver a ver con su camiseta cuando finalice su contrato con PSG.
“El club lamenta también que el medio alardee de haber tenido acceso a una ingente cantidad de documentación y correos electrónicos que están en poder de la investigación del «Barçagate», cuando estas informaciones y documentación todavía no han sido compartidas con las partes”, explicó la entidad azulgrana.
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La dirigencia indicó que el artículo en cuestión hace públicos documentos que nada tienen que ver con la instrucción del caso y su uso atenta contra la reputación y la confidencialidad del club. Es por eso que recurrirá a la Justicia para resolver la cuestión.
Entre las supuestas exigencias del rosarino estarían un vuelo en avión privado para toda la familia a Argentina en Navidad; un bonus de 10 millones de euros solo por firmar; recuperar los recortes por la pandemia en los años siguientes con intereses del 3%; o poder dejar Barcelona cuando quisiese mediante una cláusula simbólica de 10.000 euros.
El "Barcagate” es una escándalo que se inició por una investigación de la Cadena SER (difundida en 2021) que comprobó que el ex presidente Josep María Bartomeu y parte de su CD habían contratado a una agencia de marketing digital con el fin de lanzar una campaña de desprestigio en redes sociales contra Messi, Luis Suárez, Gerard Pique, Joan Laporta y Pep Guardiola.
Bartomeu y todos los dirigentes habían renunciado en octubre de 2020 ante la cercana realización de un plebiscito que podía terminar con su gestión. Las distintas auditorías que se llevaron a cabo determinaron que tras su gestión Barcelona quedó endeudado en 1.173 millones de euros.