La justicia española imputó ayer al club Barcelona por un presunto delito fiscal de 9,1 millones de euros cometido en relación con la contratación del crack brasileño Neymar, affaire que el 23 de enero derivó en la renuncia del presidente Sandro Rosell.
La decisión fue adoptada por el juez Pablo Ruz, de la Audiencia Nacional de España, a solicitud de la Fiscalía, que presentó un informe en base al análisis del conjunto de transacciones vinculadas al fichaje del delantero brasileño, quien llegó al club catalán a mediados de 2013.
El magistrado ya investigaba a Rosell por apropiación indebida en relación con el millonario fichaje del delantero brasileño.
Rosell dimitió un día después de la aceptación de la querella en su contra en un intento por proteger al club catalán. Sin embargo, la Fiscalía solicitó al juez que impute a Barcelona, como persona jurídica, por fraude fiscal.
A priori, el proceso podría suponer para Barcelona el pago del monto de la defraudación más una multa millonaria, aunque no se descartan consecuencias penales sobre las personas que firmaron los documentos del contrato de Neymar, entre ellos el actual presidente blaugrana, Josep Bartomeu.
El juez Ruz sostiene en su resolución que existen indicios de que las cifras abonadas por Barcelona a “otras sociedades aparentemente vinculadas al jugador, podrían responder, en cuanto a su verdadera naturaleza, a una mayor retribución al propio jugador debiendo tributar por ese concepto”.
En su resolución, el magistrado no establece el monto de la defraudación, que la Fiscalía elevó a 9,1 millones de euros, pero le ordenó a la Agencia Tributaria un informe para determinar la cantidad así como una propuesta de regularización fiscal.
De la documentación aportada por Barcelona en relación al fichaje de Neymar se desprende que Barcelona sólo retuvo al jugador -que tenía condición de no residente- un 24,75% de las regalías derivadas de su trabajo en septiembre de 2013, es decir, 8,5 millones de euros, señala la resolución.
No obstante, el instructor advierte que existen una serie de “contratos adicionales” por “diversas causas” (préstamo, contrato de indemnización por incumplimiento, imagen, representación, gestión, etc) y que están “íntimamente ligados al contrato de trabajo” suscrito con el jugador por los que no se tributó.
Esas cantidades habrían alcanzado los 10.000.000 euros en 2011 y los 27.920.000 en 2013, a los cuales se podrían agregar otros montos adicionales derivados de los contratos.
La Fiscalía afirma que existen “una serie de contratos sospechosos de simulación”, así como “operaciones de ingeniería financiera” con las que se pretendió cometer un fraude a Hacienda de más de 120.000 euros de cuota que establece el Código Penal.
Después de la renuncia de Rosell, Barcelona hizo públicas las cifras del fichaje de Neymar aunque sin aportar documentación oficial.
De acuerdo con la información proporcionada, el club pagó 57,1 millones de euros por el jugador.
En 2011 entregó 10 millones de euros a manera de seña a la sociedad N&N, de los padres del jugador, para asegurarse su fichaje, con una clausura de penalización de 40 millones. Pero como el fichaje se concretó en 2013, Barcelona pagó los 30 millones restantes, más 17,1 millones a Santos, club de donde procedía Neymar.
Aunque niegan que el fichaje haya sido más elevado, el club catalán reconoció que si se suman los “acuerdos vinculados” a la operación la cifra desembolsada ascendió a los 86,2 millones de euros.