Banega se puso el delantal de Newell's para recordar tiempos de carencias y felicidad con amigos
El volante del Al-Shabab Club, que está de vacaciones en Rosario, dejó de lado la fama y la fortuna para volver a sus orígenes y compartir un asado con sus afectos
3 de junio 2021 · 11:55hs
Éver Banega llegó a la ciudad y lo primero que hizo fue dirigirse al parrillero para realizar un asado, que compartió con algunos amigos y familiares. El ex volante de Newell's arribó en las últimas horas procedente de Arabia Saudita, donde viste la camiseta de Al-Shabab Club, y aprovechó el descanso que tiene lo primero que hizo fue armar las valijas para retornar a Rosario. Una rutina que realiza a menudo con el fin de compartir momentos con sus amigos de la infancia.
El talentoso volante, que en el mercado invernal de la temporada 2019-20 anunció su fichaje para la entidad de Arabia Saudita por tres temporadas, se calzó el delantal para ponerse al frente del asado. Y el detalle particular de la indumentaria es que lleva el escudo de Newell's con la inscripción "un aplauso para el asador". No es ningún descubrimiento el sentimiento que tiene Éver por la Lepra ya que también lleva un tatuaje con los colores rojinegros.
Así como en esta oportunidad regresó a su ciudad y se instaló en zona sur, es una rutina habitual que realiza Banega para reencontrarse también con muchos amigos de la infancia. Y es muy común encontrarlo también haciendo las compras en un importante y conocido supermercado de la zona y responder con amabilidad algunos pedidos de fotos.
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Hijo de Daniel y Claudia, Éver siempre compartió buenos momentos con sus hermanos. Si hay algo que destacan todos los que lo conocen es que nunca se olvidó de sus orígenes y de la vida sacrificada como toda familia de clase media o baja. A pesar del poderío económico y los millones que ganó en el fútbol, Éver vuelve a la tierra de la "normalidad" para estar junto a aquellos que lo conocieron no siendo famoso. Para ser uno más, ser el Éver que corría por las canchitas del barrio de zona sur rosarino y el club que lo tuvo en sus inicios: Alianza Sport (estuvo en Oriental también). Precisamente con la camiseta de Alianza protagonizaba verdaderos clásicos con Grandoli, donde había un jugador especial.
"El clásico de Alianza en el baby era contra Grandoli. Y ahí jugaba Lionel Messi. Llegamos a enfrentarnos en varios partidos, pero menos mal que se fue pronto porque siempre nos pintaba la cara... Ya se veía que era un crack", reconoció en varias entrevistas Éver y sus hermanos Luciano, César, Brian y Emiliano. Y también cuentan que formaba parte de un equipo de fútbol 5 y todos -incluido su padre, "un buen futbolista que hasta jugó en Central Córdoba", contó el Ajo, amigo de los Banega- iban a competir a distintos torneos. Los Banega eran conocidos por esos años porque casi siempre ganaban los campeonatos que se jugaba por dinero y no solo el ex Newell's se destacaba, sino que -como siempre se dice- había uno de los hermanos que "jugaba mejor que Éver".
Banega, casado con su novia de la infancia Valeria Juan, se bajó del umbral del éxito y la fortuna que hoy lo rodea para retornar a sus orígenes. Ponerse el delantal, hacer el fuego y compartir el habitual asado con amigos. Algo que nunca olvida y que sirve para rememorar viejos momentos, aquellos cargados de sufrimientos y otros de suma felicidad. Porque tejió su historia a base de sacrificio hasta triunfar en el fútbol y cambiar radicalmente su vida.