"Atleta A", éxito y perversión
Netflix puso en su plataforma un documental estremecedor que da cuenta del peor caso de abuso en el deporte, ocurrido en la federación de gimnasia de EEUU, con unas 500 víctimas, entre ellas nueve olímpicas. El doctor Larry Nassar y los hacedores en Nadia Comaneci, en el ojo de la tormenta
7 de julio 2020 · 00:00hs
¿Qué tan alto es el precio que se debe pagar cuando se tienen sueños en un deporte? ¿Por qué hay que pagar precios? ¿Son cánones o son atrocidades? ¿Hasta dónde puede llegar el límite de la perversidad? ¿Por qué el poder opta por apoyarla y no proteger la vida de niñas y jóvenes? ¿Qué se esconde detrás de una foto y una sonrisa en los que se creen son momentos de gloria? ¿Y si ser olímpico no supone tanta felicidad? ¿Es el éxito un lugar al que se llega sin importar el cómo? Una hora y 44’ estremecedores. Ni más ni menos. Eso es lo que se toma el documental “Atleta A”, estrenado hace algunos días en la plataforma de Netflix para narrar el inescrupuloso andar del médico Larry Nassar, quien a lo largo de 29 años trabajando para la federación estadounidense de gimnasia (USA Gymnastics) abusó sexualmente de cientos de deportistas. El silencio, la ocultación, la revictimización y el aval de un sistema encriptado y cuasi militar permitieron que pudiera hacerlo. Sin embargo, hoy la plataforma de streaming, con este contenido original, da cuenta de las investigaciones del diario Indy Star (The Indianapolis Star) que salieron a la luz en 2016, que posibilitaron denuncias y juicio y que comenzaron a publicarse en el marco de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Allí, el mundo deportivo puso el ojo. Como ahora.
El documental pone en el tapete los abusos de Nassar, pero también la oscuridad de una organización tan poderosa como la USA Gymnastics, que a sabiendas de determinados comportamientos se encargó de que no se conocieran. Todo esto representado especialmente en la figura de su presidente Stephe Perry Jr. Con artilugios manipuladores e inhumanos. Lo que también decanta en la investigación de los roles jugados por el propio Comité Olímpico norteamericano y el FBI. Más de 500 atletas denunciaron haber sido abusadas en esos años, entre ellas nueve olímpicas. Las historias, que comenzaron a salir a la superficie a raíz de una primera publicación de Indy Star y que construyeron un mapa de casos y conexiones interminable, encuentran en la gimnasta Rachel Denhollander el punto de partida hacia Nassar, cuando de lo que se venía hablando era de casos de entrenadores abusadores. Denhollander no fue estrella de su deporte pero se hizo oír y asumió el riesgo y la responsabilidad de exponerse, encabezó una movida que de golpe parecía no tener fin. Sin embargo, “Atleta A” debe su nombre a la primera gimnasta que denunció a Nassar, un año antes, en 2015, sólo que la mantuvieron silenciada: se trata de Maggie Nichols, una talentosísima deportista que parecía iba a cumplir su sueño olímpico en Río de Janeiro 2016, siendo la segunda mejor gimnasta de su país detrás de la fenomenal Simone Biles. Ese destino de Maggie quedó trunco.
ATLETA A - Trailer Subtitulado en Español l Netflix
Si algo destaca a la gimnasia de EEUU es ser una de las más exitosas del mundo. Si es que por éxito se entiende cosechar medallas mundiales y olímpicas. Pero su sistema está a años luz de ser un paraíso. El documental en el que Nassar se aprovecha de cientos de niñas y jóvenes con argumentos de trabajo médico muestra cómo esto es posible gracias a que Nassar es algo así como “lo menos peor” dentro de una estructura erigida sobre la exigencia máxima, las horas de entrenamiento hasta que el cuerpo no pueda más, el confinamiento aislado y obligatorio y las directivas impuestas a través del miedo y el terror. Ese contexto le dio a Nassar libertad de acción, bajo el manto de dos entrenadores terribles: Martha y Bela Karolyi. ¿Quiénes son Martha y Bela Karolyi? Ni más ni menos que los hacedores de la escuela rumana de gimnasia, que expone como principal producto a Nadia Comaneci, quien en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976 cautivó al mundo obteniendo una calificación perfecta, un 10, inédito en su deporte y con tan sólo 14 años.
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Bela y Martha Karolyi, junto a una joven Nadia Comaneci, a la izquierda.
Los implacables Martha y Bela huyeron de Rumania después de algunas denuncias por maltrato. Fueron gestores de un método casi militar a partir del cual se seleccionaba atletas en los jardines desde los 6 años y se los moldeaba para ser potencia, bien cercanos al régimen represivo del presidente Nicolae Ceausescu. Pero se fueron a EEUU y se confinaron en Texas, donde encontraron rápidamente el puesto en la USA Gymnastics, siendo además los dueños de la “receta” para que los norteamericanos comenzaran a plantarse ante los mejores de la disciplina: rumanos, rusos y alemanes. Crearon un rancho, una especie de “concentración” en un lugar aislado, lejos de la urbanidad y sin conexión telefónica para las gimnastas. Fue aquel oro de Comaneci el que cambió el paradigma mundial. Porque hasta entonces este deporte tenía representantes adultas y desde entonces se transformó en un faro de las más chicas, lo que alimentó los peligros.
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Larry Nassar fue condenado a 175 años de prisión por los abusos sexuales.
Los abusos a las gimnastas de la USA saltaron, como se dijo, cercano a los Juegos Olímpicos de Río, en el que consiguieron ser nuevamente las mejores, con Simone Biles como estrella ganando cuatro medallas y consagrándose con sólo 19 años. A esa instancia le siguieron arrestos y condenas, como la de Nassar a 175 años de prisión, y algunos juicios aún sin resolución, como las investigaciones por manipulación de pruebas.
Con “Atleta A” la luz puesta en la escena resignificó las historias y expuso las perversidades. Es estremecedor, pero necesario para conocer el peor y más grande caso de abuso en el deporte.
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