Arruabarrena habló así al ser presentado por el presidente Daniel Angelici en conferencia de prensa, la que se realizó luego de que dirigiera la primera práctica, en la que, a diferencia de lo que era habitual en Carlos Bianchi durante esta temporada, recurrió a cambio de nombres y dibujo táctico, dado que primero observó un 4-3-1-2 y luego, un 4-2-3-1, el que parece contar con más chances de ser empledo ante los Fortineros.
Al comenzar el ensayo táctico, Arruabarrena puso a Agustín Orion; Leandro Marín, Mariano Echeverría, Daniel Díaz, Nicolás Colazo; César Meli, Fernando Gago, Cristian Erbes; Luciano Acosta; Jonathan Calleri y Andrés Chávez.
Después, a la hora del 4-2-3-1, formó con Orion; Marín, Echeverría, Díaz, Colazo; Erbes, Meli; Acosta, Gago, Federico Carrizo; Calleri.
Arruabarrena consideró que tienen “la obligación de ganar los dos partidos” en alusión a los compromisos inmediatos, el del domingo contra Vélez, por la competencia doméstica, y ante Rosario Central, el jueves venidero en el Gigante, en el partido de ida por la Copa Sudamericana.
“Nosotros tenemos la obligación de ganar los dos partidos y vamos a ir a buscar los dos partidos”, se comprometió Arruabarrena, aunque aclaró que primero piensa en el cotejo ante Vélez, porque es el más cercano en el tiempo.
El flamante conductor aseguró que su equipo “tiene la obligación de pelear” el Torneo de Primera División y la Copa Sudamericana.
“Boca tiene la obligación de pelear los dos torneos, por lo que significa. Necesitamos el apoyo de todos”, puntualizó.
Acerca de cómo encontró a los futbolistas de ánimo, el ex marcador lateral izquierdo, sintetizó su apreciación: “Los jugadores están dolidos, con rabia, pero confío en ellos”.
Por supuesto que Arruabarrena, quien fue jugador de Bianchi durante el primer ciclo tan exitoso del Virrey en Boca, lamentó la partida de su maestro.
“Me habría gustado que a Carlos le hubiera ido mucho mejor y yo quedarme en casa”, resaltó Arruabarrena.
Y lo que hizo también el flamante conductor de los auriazules en su presentación fue referirse al significado que le atribuye al rol que acaban de otorgarle.
“Para mí es una responsabilidad muy grande, un orgullo muy importante estar como entrenador del equipo. Todos saben cuál es el sentimiento, el amor que le tengo al club. Es además la posibilidad de abrirle puertas a ex compañeros que son entrenadores y a otros que están en actividad, pero serán entrenadores en el futuro”, precisó Arruabarrena.