Fue el último ensayo de la selección argentina con jugadores del fútbol
doméstico en la previa al Mundial de Sudáfrica. Diego Maradona lo utilizó para corroborar conceptos
y hacer el último análisis de algunos jugadores que podrían integrar la lista de los 30 convocados.
Argentina derrotó anoche a su similar de Haití por 4 a 0 en un partido amistoso disputado en Cutral
Có, Neuquén. Y si bien el resultado es anecdótico, sólo el entrenador albiceleste tendrá la real
dimensión del balance futbolístico que dejó este encuentro.
Los goles fueron marcados en el primer tiempo por el hábil volante de Colón,
Facundo Bertoglio, a los 33 minutos, y el interminable goleador de Boca, Martín Palermo, diez
minutos después. Mientras que en la segunda etapa anotaron el mismo enganche sabalero y Sebastián
Blanco, a los 50 y 55 minutos.
El partido, tal como lo dijo ayer Maradona, sirvió para empezar a definir
algunos puestos y por eso, los ojos del entrenador estuvieron puestos en los arqueros Diego Pozo,
Adrián Gabbarini (atajaron un tiempo cada uno), Juan Mercier y Martín Palermo.
Sin embargo el entrenador argentino se encontró con una figura, a priori
inesperada, como lo fue el enganche de Colón, Facundo Bertoglio, autor de dos goles.
Los primeros minutos le costaron al equipo argentino, que tardó en hacer
funcionar el circuito ofensivo y tomar el dominio del partido de la mitad de la cancha y para eso,
fue fundamental a lo largo de todo el partido el mediocampista central , Juan Mercier, quien
cumplió al pie de la letra con el manual de su puesto: preciso y claro a la hora de tocar la
pelota, y firme en la marca ante un débil rival.
El partido no presentó mayores inconvenientes para el conjunto de un Maradona,
que a pesar de la goleada, no dejó de alentar y dar indicaciones a sus jugadores.
Precisamente, a partir de la falta de problemas en el juego para la albiceleste,
los arqueros fueron espectadores de lujo a lo largo de todo el partido, tanto Pozo en el primer
tiempo, como Gabbarini en el segundo.
Los goles fueron cayendo de a poco y el dominio se fue incrementando gracias a
la contundencia e insistencia de Martín Palermo y los desbordes y velocidad de Blanco y
Bertoglio.
En ese sentido, también fue clave la activa participación de Ariel Ortega, otro
de los protagonistas de la noche, quien se asoció casi de memoria con los de Lanús y Colón
provocando permanente peligro en el área fragilmente defendida por los haitianos.
Para destacar, excepto los arqueros, tanto Palermo como Ortega se fueron
ovacionados, no solamente por el peso específico de sus figuras, sino porque cumplieron con una
buena actuación.
Mercier también se llevó una buena cantidad de aplausos, en lo que fue una
prueba más que superada para ellos pensando en la lucha por un lugar en la próxima Copa del
Mundo.
Pero sólo Maradona tendrá la respuesta a quiénes de estos jugadores citará para
la recta final.