"Central tiene un equipo que se adapta mejor a jugar la Copa Argentina y lo demostró. Si tengo que arriesgar una respuesta digo que a los tucumanos les va a ganar, después se verá si River clasifica y se da otra final. Entonces veremos", respondió Mario Alberto Kempes apuntando a la definición de esta competencia en la que los auriazules juegan todas las fichas de este 2017. Eso sí, el cordobés aclara que por vivir afuera del país, precisamente en Bristol (Estados Unidos), no tiene la chance de mirar todos los partidos del equipo de Paolo Montero "y por eso no puedo hacer un mayor análisis". Pero en el entusiasmo, en sus ganas, no deja dudas de que espera "una alegría que todos los canallas merecen". Y al partido intentará verlo en Buenos Aires, donde hoy continuará la presentación de su autobiografía, lo que hizo ayer en el Gigante de Arroyito ante entusiastas hinchas que se llevaron su autógrafo en el mano a mano con el gran goleador, obvio: "El Matador".
Te cansaste de hacer goles en Central, y fuiste ídolo
Nunca me sentí ídolo, en ningún lado. El público te puede querer, halagar, demostrarte su pasión porque le estas dando algo. Pero atrás y adelante tuyo tenés compañeros que te ayudan. Uno es protagonista porque hace goles. Y a medida que avanza el tiempo uno va ganando lugar, y si algo conseguí fue por mi carácter de dar lo mejor siempre.
¿Soñaste con volver a jugar con la auriazul?
Nunca se dio la posibilidad. No hubo conversaciones formales. Y eso que después de la gran campaña en Valencia estuve seis meses sin jugar. Después salió lo de Hércules de Alicante (también en España) y se dieron otros pases. Igual, quizás no hubiese vuelto.
¿Ninguna chance?
Una, pero mínima. Cuando estaba el Cai Aimar como técnico (a principios de los 90), pero no se dio. El tuvo la precaución de preguntarme cómo estaba yo, lo hablamos y quedó ahí.
Igual volviste a ponerte la auriazul en el clásico amistoso de 1995 y marcaste el gol de cabeza.
Sí, ya de viejo (41 años). Uno de los pocos de cabeza que hice en mi carrera. Creo que fue ese y el primero a Polonia en el Mundial, los dos en el mismo arco de Génova, jejeje. Yo soy alto sólo para molestar. No fui un buen cabeceador.
¿Y cómo se dio tu llegada a Central? Cambiaste las rayas rojiblancas de Instituto por las auriazules.
Sí, pero en el medio estuvieron las albicelestes de la selección argentina fantasma del 73, la que se preparó en Bolivia Ahí estuve con (Aldo Pedro) Poy, compartí habitación con él casi un mes. Hicimos una buena amistad y creo que él habló con (Timoteo, el DT) Griguol y ahí me trajeron.
¿Cómo habías arrancado en Instituto?
En la liga cordobesa. Se peleaba por jugar el Nacional, que era como ir al Mundial, a jugar con los equipos grandes. Era una gran ilusión. Teníamos un equipazo, y yo jugaba en el medio de una delantera en la que sólo tenía que empujar la pelota al fondo del arco.
Entonces eras un 9 que por calidad después te transformaste en un gran 10.
No. De arranque fui un 10 goleador. Me gustaba arrancar de atrás, tenía más panorama, más visión de juego, más contacto con la pelota. Me gustaba ayudar más al compañero en defensa, marcar un poco, al menos molestar.
En Central te costó tener la 10 y hasta la 9.
Es que en los primeros partidos no jugaba tanto. Griguol me tenía de suplente. Y jugué más seguido cuando se lesionó la rodilla Poy. Igual acá jugué casi siempre más de wing izquierdo (con la 11) muy cómodo, con la libertad que me daba el Viejo Griguol, claro que con la obligación de tapar la salida del lateral que me marcaba, pero lo primordial era que mirara a los tres palos del arco.
Te faltó salir campeón. En el 74 estuviste cerca pero fuiste al Mundial de Alemania.
Sí, no pude terminar el campeonato (en abril jugó el último partido y la final con Newell's fue en junio), que se jugaba a la par de la Libertadores, que fue el torneo que me dio el espaldarazo.
¿Con vos en la cancha hubiesen sido campeones?
Yo que sé (respondió bajito). Seguramente que sí (dijo enérgicamente).
¿Aquellos clásicos también se jugaban a full?
Claro. Siempre son partidos especiales. Eran muy parejitos. Y como todo clásico había que jugarlos y ganarlos. Viniera como viniera cada equipo.
Del otro lado había otro equipazo. ¿Te pudo haber tocado jugar en Newell's?
A lo mejor ni hubiese entrado en ese equipo. Pero el que me quiso fue Central y acá vine, al Parque después fue Diego (Maradona). En cuanto a esos partidos, a esos equipos, ellos tenían virtuosismo y nosotros éramos los picapiedras. Dos maneras de plantear los partidos para ganarlos. Y salían lindos juego. Eso sí, se pegaba como si fueran los últimos partidos, porque se sentía la camiseta. No porque se transpiraba, sino porque se sentía. No digo que se jugaba a muerte porque sólo se trata de un partido de fútbol, pero se jugaba con el cuchillo entre los dientes.
¿De vez en cuando te prendés en algún partidito?
No. Me operé la cadera y por precaución el doctor dijo que no. Podés chocar, pisar mal. Todavía pienso las jugadas, pero a los 63 años al querer reaccionar no me responden las piernas y entonces prefiero caminar dos horas en la cinta, jejeje.
Te lo decía porque sería lindo verte con Maradona y Messi alrededor de una pelota durante un ratito.
Nos juntamos los tres, comemos un asado y listo.
Bueno, imaginate un picado
y tenés que elegir primero.
¿A Maradona o Messi?
¿No hay otra pregunta más complicada? Hace 20 años a Diego. Hoy a Messi. Andá a buscar la pared...
Qué suerte la nuestra. Te tuvimos a vos en el 78, a Diego en el 86 y a Messi ahora, aunque aún no pudo ser campeón.
Yo tuve la gran suerte de salir campeón con Argentina, pero no estaba jugando acá en el país. Diego también la tuvo y es Dios. En cambio, Messi es el mejor del mundo hace 10 años y lo tratamos como a un perro porque no salió campeón. No es así. Cruyff fue el mejor del mundo y no salió campeón con Holanda, perdió la final. Somos así los argentinos. Además, olvidadizos.
Pero fuiste el sucesor del Pelé del 70 y de Cruyff del 74.
Porque me tocó en suerte, porque en la final metí los dos goles. Anduve bien, me sentí bien, no lo voy a negar, pero de ahí a reemplazar a esos dos monstruos, no. Sería incapaz de compararme con ellos. Aunque Pelé cuenta sus mil goles desde que estaba en la cuna y Joan fue un grande como jugador y DT. Insisto, sería un pecado compararme, y no es modestia, es la verdad.
Para los hinchas sí, estás ahí entre los más grandes de la historia del fútbol mundial
Pero no me siento cómodo en ese lugar. Claro que no me molesta que me pongas en la mesa de los grandes 10.
Se viene Rusia 2018 y otra chance de ser campeón para Argentina, para Messi. Que adopte lo que hiciste en el 78, que se afeite la barba para la etapa final como vos el bigote.
Podría ser, es una buena idea, jajaja. Es verdad yo tuve la fortuna de que al afeitarme empecé a marcar, pero también fue al venir a Rosario, al Gigante. Las dos cosas. Igual, no creo que Messi tenga que salir campeón para ser el mejor del mundo. Esto es fútbol, con un grupo de jugadores que son los que van a ganar los campeonatos. Las individualidades pueden salvar la clasificación o partidos, la valentía del grupo para demostrar que son buenos y aportar para que el mejor se destaque. Messi ya estuvo cerquita de conseguirlo, y hubiese sido un bombazo hacerlo en Brasil, pero no se dio.
Quizás si en lugar de Higuaín y Palacios hubiera estado Kempes...
Y... hubiese sido lindo.