La influencia de Messi es decisiva en cualquier equipo. En la selección de Bauza resalta más porque hasta el momento no se consiguió conformar una estructura que disimule su figura cuando no juega. En los ocho partidos del entrenador en las eliminatorias no ganó nunca cuando faltó el futbolista de Barcelona. Sumó 2 empates y otras 2 derrotas.
Con la Pulga, Bauza venció en tres encuentros y perdió el restante. Los números son tan contundentes que, frente a este momento que atraviesa la selección nacional, inquieta que el futbolista tenga que cumplir todavía tres de las cuatro fechas de suspensión.
Ni bien asumió, Edgardo Bauza tuvo la virtud de convencer a Messi de que revierta la decisión de dejar la selección. En el primer encuentro por eliminatorias del entrenador, la Pulga le dio la victoria a la Argentina ante Uruguay por 1 a 0, en Mendoza.
Por lesión, el capitán del seleccionado nacional faltó luego contra Venezuela (2-2), en Mérida; ante Perú (2-2), en Lima, y frente a Paraguay (0-1), en Córdoba. Messi retornó en la derrota contra Brasil (0-3) en Belo Horizonte y convirtió de tiro libre en la victoria sobre Colombia (3-0), en San Juan, y de penal con Chile (1-0), en el estadio Monumental.
Suspendido por segunda vez con la camiseta argentina (la primera fue cuando debutó en 2005, en un amistoso contra Hungría y de visitante), no estuvo con Bolivia. Y nuevamente a la Argentina no le fue bien. Perdió 1 a 0.
Con cuatro partidos decisivos a disputar por delante, Uruguay (en Montevideo), Venezuela (como local), Perú (como local) y Ecuador (en Quito), Messi recién podrá jugar en el último de éstos. Su ausencia en esos encuentros enciende las alarmas ante la incidencia que tiene en el seleccionado y el riesgo de no obtener la plaza para el Mundial.
La AFA apelará la suspensión, con la intención de reducir la pena que se le aplicó por "palabras injuriosas contra un árbitro asistente", el línea brasileño Emerson Augusto do Carvalho, en el encuentro contra Chile.