Los alquileres y la descentralización. Cualquier excusa es buena para subir los alquileres: cuando no se trata de porque aumentó la población, se argumenta la valorización de las propiedades o la escasez de locales, pero, en realidad, siempre de lo que se trata es de la avidez de los dueños de casa. Ahora los propietarios también argumentan que, como subieron los gravámenes municipales, este aumento lo deben pagar los inquilinos, pero aun si los exoneraran de todo impuesto, los alquileres seguirían subiendo. Lo único, en nuestro humilde concepto, que creemos que modificaría este estado de cosas, sería incentivar la urbanización de los suburbios, donde la tierra es barata y abundante, y así también se evitaría que la población se siga congestionando en el centro de la ciudad, donde ya existen abundantes conglomerados habitacionales y donde no cabe más ni un alfiler. Sin embargo, fuera de las avenidas centrales no hay más que suburbio huérfano, sin pavimento, sin luz, sin vigilancia, sin higiene, sin los servicios más rudimentarios de la vida civilizada. ¿Quién querría complicarse la vida construyendo allí? Por eso, la municipalidad debería empedrar, alumbrar, poner policías y sanear los arrabales para hacerlos más habitables. Hay que promover la descentralización urbana y expandir la población hacia los barrios despoblados del sur y del oeste, hacia donde no se extiende el vecindario porque le tiene horror al barro, a la tierra que hace irrespirable la atmósfera, a las tinieblas, a la inseguridad personal por falta de policías y a la ausencia absoluta de todo elemento de higiene, empezando por la elemental extracción de residuos. Si la municipalidad entrara resueltamente a urbanizar los suburbios sur y norte de la ciudad, el problema de los alquileres, si no resuelto, al menos quedaría solucionado en gran parte. (1907)