El fin de la servidumbre y el hogar del futuro. El doctor Lionell Tayler acaba de publicar en la interesante "Socialist Review" que en un futuro próximo la servidumbre va a desaparecer. No es fantasía decir que dentro de poco el hogar se verá privado de las abnegadas sirvientas, las que ya no se volverán más tuberculosas en el rincón más oscuro y malsano de la casa. Una de las causas por las cuales el hogar del futuro no tendrá servidumbre es porque el progreso irá arrebatando en todas partes las fuerzas defectuosas e incompletamente empleadas, para hacerlas servir a empresas de más grande empuje. Otra causa será que con el aumento de la cultura ciudadana crecerá el número de personas que comprendan su propio valor y el lugar que deberían reclamar en la sociedad. Establecido el hecho, explicadas las razones, vamos a ver ahora las consecuencias. Si el hogar no tiene sirvientes, los padres deberán suplantarlos en los quehaceres domésticos, así que vendrá el deseo de hacerlos menos pesados. El barrido, por ejemplo, no se hará más como hasta ahora sino que se usará una máquina aspiradora, y las casas serán más pequeñas. Una casa grande sería dar mucho trabajo a pocas personas, así que la casa se achicará forzosamente. Una casa pequeña podrá reunir la mayor suma de comodidades y de higiene, además de que costarán menos sus suntuosidades y adornos. Poco a poco las clases sociales se irán nivelando, y las manifestaciones de riqueza quedarán relegadas a cubrir la mayor cantidad de necesidades y otorgar comodidades. Pero el punto sobre el que queremos llamar más la atención es que la entrada de los padres en la cocina traerá como consecuencia la redención de este olvidado lugar, ya que en él se elaboran materiales de vida, de salud y de felicidad, y si a ese precio habría de lograrse, nosotros pedimos que sea cuanto antes. (1909)