Un poco de historia para entenderlo y contextualizarlo. Cuando desapareció del imaginario social, la vida después de la muerte en el reino de los cielos, quedó solo una vida por vivir. Y esto significó toda una revolución. Si la única vida que hay, es la que hay "acá", hay que saber qué se hace con el tiempo; y qué y cómo se vive. Y si "acá" el tiempo urge (a diferencia del más allá que era eterno), hay que vivirlo satisfactoriamente. Propuestas: vivir aquí y ahora; vivir a full; vivir a puro placer o simplemente; siendo simplemente felices. Y si a la vida hay que vivirla con felicidad, ¿cómo no concluir, en un movimiento mágico-conceptual-comercial, que nacimos para ser felices?
Algunos modos de presentación del producto. 1) La confusión entre objetivos y sueños. Es el "Nunca renuncies a tus sueños", (¿hay que vivir durmiendo para eso?). 2) La lógica del soltar. Para no retener, para no sufrir, por querer algo o a alguien (¿será cuestión de convertirnos en faquires occidentales, meditadores crónicos y alimentarnos con tres granos de arroz por día, para andar livianos por la vida?). O lo que es lo mismo, "si te estás empobreciendo, hazte minimalista". 3) Suponer que todo depende del tipo de pensamiento que se tiene para ser feliz (¿obviando su procesamiento y determinantes?). ¿Y lo social, lo cultural, lo emocional y lo político? 4) El famoso "Querer es poder". O su pariente, "los límites están en tu mente". Y su primo, "cuando ves la realidad de manera diferente, la realidad cambia" (olvidan decir que sólo cambia en su mirada, porque la realidad seguirá siendo la misma). ¿Alguna otra pócima mágica? 5) "Tu estado de ánimo no puede depender de una noticia, una nube u otra persona, porque entonces ya no es tuyo" (¿qué cosa es un ser humano para los genios teóricos que escriben estas conclusiones llenas de luz?). ¿Filosofía barata disfrazada de ciencia? Continúe usted lector/a con este listado.
Probado está que las simplificaciones generan facilismo y pérdida del pensamiento crítico. Generan credibilidad casi inocente; sintetizando: generan ignorancia. Y generan, obviamente, "enriquecimiento ilícito" de quienes saben usufructuarlo. El homo credens nunca dejó de ganarle batallas al homo sapiens. Y esto no respeta campos de conocimiento, porque el problema son los "portadores sanos" que transmiten el virus de su propia destrucción.