Las primarias del 28 de abril se convertirán en lo de siempre, desde que se instituyó el sistema: una gran encuesta provincial que definirá quiénes tienen chance de alzarse con la Gobernación y quienes quedarán poco menos que vaciados cuando, camino a las generales, se redireccione el voto útil.
Hoy, lo que sobran son sondeos, casi todos interesados, pero que coinciden en un punto: Antonio Bonfatti es el precandidato individualmente más votado y el PJ, como frente político, también está en la punta de la pirámide. Cambiemos marcha tercero, padeciendo la estrepitosa caída de la economía, exclusiva responsabilidad del gobierno nacional.
Los sondeos también marcan una victoria de Omar Perotti sobre María Eugenia Bielsa, apoyada, fundamentalmente, en el voto del interior de la provincia. En Rosario, la arquitecta emparda las acciones. Pero son sólo fotos, instantáneas de un momento determinado. La película se filma el 28 de abril.
Al margen de la competencia entre el senador rafaelino y la vicegobernadora, Corral y Bonfatti deberán tener resultados competitivos. El que quede relegado podría sufrir a posteriori las consecuencias del voto útil, algo que se convirtió en factor de poder en las elecciones que se han realizado en Neuquén y Río Negro.
Hasta acá, en las provincias, los partidos provinciales han recibidos votos prestados de Cambiemos. Para que no gane el peronismo, los votantes macristas prefirieron inclinarse por expresiones provinciales. El gran desafío de Corral es evitar que esto suceda en la general y, para eso, deberá reivindicar el voto al oficialismo nacional. No la tiene fácil.
No hace falta ser una lumbrera del análisis político para entender por qué el intendente de la ciudad de Santa Fe habla casi exclusivamente de seguridad a la hora de criticar al Frente Progresista. Intenta que, a la hora de ingresar al cuarto oscuro, el santafesino no piense solo en la economía.
Perotti viene recorriendo la provincia desde hace meses, y ahora prefiere permanecer en Rosario y la ciudad de Santa Fe cumpliendo con los compromisos mediáticos, claves para mantenerse instalado en los días que restan. Comparte con Corral el discurso de la inseguridad, pero en ese derrotero no debería dejar de lado el plan productivo, de hombre del interior, que lo hace estar en el candelero desde 1991, su primera campaña electoral.
Dilema santafesino
La crisis económica le permite a Bonfatti tener esperanzas fundadas para ganar la elección provincial. Al punto, que esta semana dijo que la inseguridad había dejado de ser el principal problema de Santa Fe. Se escribió en esta columna, hace mucho tiempo, que el dilema santafesino sería mala economía vs mala seguridad. Y así se plantea hoy.
Si gana Bielsa, no tendrá inconvenientes en reivindicar los años kirchneristas. Ella misma lo hace ahora defendiendo todos los procesos, desde Eduardo Duhalde hasta Cristina. Si el que triunfa es Perotti, deberá hacer campaña, también, con el kirchnerismo, con quien compuso un acuerdo electoral. El senador rechaza que eso vaya a ser así, y contrapone que se tratará de una competencia que tendrá otras florituras.
Hay escenarios que empiezan a estar sobrediagnosticados. Si gana Perotti la Paso peronista, deberá contener el voto progre que sufragará por la ex vicegobernadora. "Necesitamos el apoyo de todos, de todo el peronismo", se le escucha a Perotti, quien anticipa que no contestará ninguna crítica de la dirigente rosarina.
Hasta tal punto llega la idea de la existencia de un voto progresista en el andarivel de Bielsa que el socialismo enfoca sus críticas hacia Perotti, pretendiendo influir en la interna. Para la campaña previa a la general, Lifschitz se mostrará junto a Bonfatti. En el cuartel general del gobernador quieren que lo que se plebiscite en junio sea la gestión Lifschitz . Por eso, muestran con orgullo una encuesta nacional de Isonomía que le da casi 60 por ciento de imagen positiva.
El desafío que tiene Lifschitz es arrastrar hacia sus candidatos (Bonfatti a la gobernación y Verónica Irízar a la Municipalidad) la adhesión que tiene en Rosario y la provincia. Las alarmas se encendieron en el 2017, cuando, pese a la valoración positiva del gobernador, sus candidatos salieron terceros en las elecciones legislativas.
Párrafo aparte para la apatía respecto de la campaña, que se mantiene y se mantendrá en el tiempo. El ciudadano común se siente agobiado por el precio de las cosas, incluidas las tarifas, y no quiere ponerse a escrutar las propuestas de campaña. Recién, en las horas previas a los comicios, habrá expectativa.
Si el gobierno nacional decidiera salir de la inacción y propusiera una batería de medidas para frenar la escalada de precios, estimulando el consumo y el crédito, tendría una última bala de plata para ver con un poco más de optimismo el futuro electoral.
Aquí, allá y en todas partes.