El cierre de listas que se avecina dará el primer indicio concreto y pulimentado sobre el resultado de las elecciones a diputado nacional en el distrito que importa: provincia de Buenos Aires. Si se confirma una disputa peronista dividida en tres, Mauricio Macri podrá cantar victoria.
El gran dato de estos tiempos es la situación límite que atraviesa el Partido Justicialista, vaciado por la decisión de Cristina Kirchner de jugar por afuera, con su propio espacio. Hoy por hoy, guste o no guste a propios y extraños, el único liderazgo es de CFK. Un PJ sin liderazgo es como una canario sin alpiste.
El gambito de Cristina de dejarle a Florencio Randazzo la cáscara vacía de un partido sin rumbo encuentra su secuencia posterior en la aparición del folclórico Mario Ishii, dispuesto a competir contra el ex ministro del Interior.Si Cristina finalmente decide ser candidata a senadora o a diputada por provincia de Buenos Aires, allí se posará exclusivamente el zoom del interés popular y mediático. Y Macri podrá —al menos a priori— descorchar un champán. ¿Qué otra cosa mejor le podría pasar a un gobierno de desarrollo tan gris y mediocre como el de Cambiemos que el peronismo se divida en tres?
La Casa Rosada, el gobierno, Macri, o como se lo quiera denominar al oficialismo, llegará a las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (Paso) de agosto con una economía en estado de flojera. No es casual que en el tercer cordón del conurbano Cristina tenga altos índices de adhesión y Macri naufrague en la nadería electoral. Allí los pobres son más pobres que hace un año y medio.
Hoy, el problema de Cambiemos es la escasa mística que ha insuflado en la clase media y media baja, producto de una situación económica que no ha dado brincos positivos, pese a la enorme expectativa que depositó en el primer año de gestión.
No es la economía el principal baluarte de Macri, ni mucho menos. Es la política el terreno en que navega con viento a favor desde el mismo momento en que María Eugenia Vidal ganó el estratégico distrito bonaerense. Hoy, el peronismo no gobierna ninguna provincia de fuste. Estar afuera del poder es para los peronistas como estar afuera del agua para los peces.
Cristina corre el arco de su candidatura hasta el último minuto y obliga al macrismo a explorar aún más su estrategia bonaerense. Ni Esteban Bullrich ni ningún otro de los nombres que se mencionan como candidato mueven el amperímetro. Son desconocidos, lo propio que sucede en Santa Fe con Albor Cantard, el delfín de José Corral que encabezará la lista de Cambiemos.
Pero el único nombre propio que juega nacionalmente en el oficialismo es el de Macri, el de Cambiemos. Desde esta columna se escribió hace ya bastante tiempo que la situación es parecida a la de 1985, cuando el radicalismo ganó las elecciones con afiche y spot original: "No le ate las manos a Alfonsín". Con esa cita proselitista, Changui Cáceres sacó el 40 por ciento por ciento de los votos.
Tampoco el Frente Progresista llevará un nombre conocido al frente de la lista. Luis Contigiani deberá caminar la provincia con su discurso antimacrista, casi con el mismo soneto argumental que el peronismo. "El Frente progresista va a salir tercero. Son tiempos de cambio, se van a llevar una sorpresa", dicen cerca de Corral, quien sin embargo, deberá transpirar mucho la camiseta para poder ganar en la ciudad de Santa Fe: ahí los socialistas hicieron bajar al periodista Emilio Jatón, senador provincial en funciones.
Están pasando cosas raras es en el macrismo. Por estas horas, el PRO decide si presenta una tercera lista a diputado nacional, que estaría encabezada por el actual concejal Gabriel Chumpitaz. El sector de Federico Angelini no se siente contenido por la lista oficial que encabeza Cantard. "Hay fastidio porque parece una interna radical. Si no nos dan lugar en esa lista, vamos a presentar una propia", dijo una fuente.
En la lista oficial está el macrista Luciano Laspina, a quien el gobierno quiere seguir teniendo al frente de la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara baja, pero desde el sector que prepara la candidatura de Chumpitaz sostienen que el legislador "es más porteño que rosarino y no tiene trabajo territorial en la provincia". Calma, macristas.
Según dijeron a LaCapital, el presidente de la UCR provincial, Julián Galdeano, podría participar del armado de la lista, al igual que Alejandra Vucasovich y Norberto Nicotra. Tienen tiempo para presentar la papeleta alternativa hasta el sábado a la medianoche.
Tuvo que meterse en la discusión santafesina el jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien resaltó que "Cambiemos tiene una lista que representa el acuerdo de los partidos fundadores, que es la liderada por Cantard, Laspina y Lucila Lehmann". Esos dichos de Peña chocan con lo que está pasando en la realidad: Jorge Boasso camina la cancha como candidato y está en ciernes una eventual tercera lista. Rebelión en la granja.
Si esa nómina se concreta y participa el radicalismo, el partido de boina blanca tendrá más diversificación de candidatos que en cualquier otra provincia en cualquier otro momento de la historia. A propósito: María Eugenia Schmuck encabezará una lista propia, progresista, que competirá contra Contigiani a diputado nacional.
Sobre el cierre de las nóminas, la política santafesina empieza a crujir. Y si no que lo digan los peronistas, que vieron como renunciaba el presidente del PJ, Ricardo Olivera, molesto por las presiones que intentaban producir algunos senadores en favor de la candidatura de Alejandra Rodenas, quien deberá enfrentar en la primaria a Agustín Rossi y Juan Carlos Schmid.
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