Omar Perotti sabe, y dice, que hay que pasar el verano. Que hay mucho por hacer. Por lo pronto, decidió poner en práctica un estricto plan de austeridad y redireccionamiento del gasto.
Por Mauricio Maronna
Omar Perotti sabe, y dice, que hay que pasar el verano. Que hay mucho por hacer. Por lo pronto, decidió poner en práctica un estricto plan de austeridad y redireccionamiento del gasto.
Cuando se lo consulta al nuevo gobernador por el durísimo discurso de asunción, intentando hacer internalizar a la sociedad santafesina que recibió un Estado quebrado, y que el “orden y paz” prometido en la campaña deberá esperar hasta que logre purgar la policía, el rafaelino se planta: “No hay que decirme a mí que soy duro, me preguntaría por qué fue tan duro (Miguel) Lifschitz con nosotros en la transición, una transición de porquería”.
Por estas horas, el nuevo ocupante de la Casa Gris impone un plan de austeridad que tiene como objetivo concentrar los esfuerzos en pagar aguinaldo, pensiones, jubilaciones más bajas y planes sociales. “Está muy duro para pagar el aguinaldo, a esta altura no se lo puedo asegurar”, confió el mandatario a un interlocutor, con quien dialogó casi una hora. En enero, habrá vacaciones para casi todo el personal estatal. “Quedará lo imprescindible, habrá guardias mínimas, necesitamos ahorrar y volver con todo en febrero. Hay que pasar el verano”, se le escuchó mensurar. “¿Sabe en qué se ahorra más plata? En energía eléctrica”, se sorprendió.
En la Gobernación tomaron nota que la deuda por la Caja de Jubilaciones “es de 3.100 millones, no de 5.000 millones” y hacen números para “llegar a marzo”, porque los niveles de cumplimientos impositivos son muy bajos durante el verano.
Se suspenderán las cláusulas del consenso fiscal que disponía bajas en ingresos brutos, entre otros ítems. Cuestiones que quedarán explicitadas a nivel nacionales en las sesiones extraordinarias.
A la medida del gobernador
El gabinete de Perotti es Perotti. Por boca propia o controllers, cada ministro habla si Perotti dice que hable. Existe la tentación de sostener que el nuevo gabinete es una extensión de los equipos de Carlos Reutemann o Jorge Obeid, pero lo que distingue a estos señores y señoras con larga experiencia es el “sí, Omar”.
El jefe del gobierno santafesino sabe que se lo critica por no haber apostado a figuras nuevas en el gabinete, pero encuentra el momento y el tono justo para golpearse el pecho con la decisión. “Con las Molotov escondidas que me dejaron, más me doy cuenta que acerté con la decisión de poner ministros experientes. Cuesta creer que no nos hayan dejado ni para pagarles a los profesores en las colonias de vacaciones, no están las horas”, ejemplificó. Se encontró también el nuevo gobierno con “ambulancias sin nafta y muchas más carencias”.
Perotti rechaza que esté sobreactuando la herencia recibida. Cuando se lo consulta, ofrece más ejemplos. “Para pagar el aguinaldo por adelantado, tuvieron que abonar 25 millones de pesos en intereses. Eso no está más. El Frente Progresista hizo bien el cuento, pero mal las cuentas”, dicen que dijo.
Sea como fuere, Alberto Fernández pareció darle cierto disgusto a Perotti, aunque el rafaelino no lo toma como tal. El aumento de las retenciones impacta en Santa Fe como en ninguna otra provincia y vuelve a poner en estado de alerta a la ruralidad. Santa Fe es, en buena parte, el campo, sus productores, su producción, su tierra. Y a los gringos no les gusta que le toquen la oreja.
Se escribió en esta columna el mismo día de la asunción de Perotti que una línea saliente del discurso fue la decisión de mostrarse en plena sintonía con la Casa Rosada, algo que en Santa Fe no ocurre desde hace muchísimo tiempo. Perotti no aplaude la decisión de subir retenciones, pero tampoco se horroriza. “Cuando es algo guaso y ajeno a la realidad, uno pone el grito en el cielo, pero eso no es así ahora. Y no hay margen para hacer otra cosa con el déficit fiscal”, es la posición que mantiene.
Ese mismo día de la asunción, Fernández dejó la pelota picando en el medio del área: “Santa Fe es parte de la Argentina integrada y debe ayudar a otras provincias a desarrollarse más”. Eran los campanazos que anunciaban el aumento de las retenciones.
Entre los sectores de la ruralidad hay dos posiciones: los que quieren salir ya mismo a mostrarle los dientes al gobierno neokirchnerista y los que prefieren esperar que pase algún tiempo, porque hoy la novedad es Fernández.
Perotti reclama que se paguen regalías a la provincia de Santa Fe por lo que se le saca en retenciones. O una remake del Fondo Sojero, que devuelva efectivo.
Respecto de la seguridad, en las últimas horas se produjo el pedido de pase a retiro de algunos jefes policiales, que no quieren saber nada con las políticas que implementará el nuevo titular del área, Marcelo Sain. Las renuncias y cierto in crescendo de rumores sobre las acciones a tomar por el gobierno respecto de las fuerzas de seguridad, motivaron varios tuits de Sain. En esto, el ex senador nacional se muestra inflexible y reivindica la decisión de nombrar al jefe de policía. “La designación es mía”, alude.
El escenario interno del peronismo muestra un encuadramiento con el gobernador, salvo un grupo de senadores, con poder propio. Perotti cree que tendrán que reacomodarse, porque hay nuevos actores y nuevos modos.
“Empecé a poner el barco en U”, dice Perotti cuando alguien lo consulta por sus primeros días al frente de la Casa Gris. Sabe que esto recién empieza.