Por estas horas, la política rosarina vive su momento de mayor ebullición: cierran las listas de candidatos a concejal. Lo único previsible fue la demostración empírica de la desaparición de la burocracia partidaria como disciplinadora de las candidaturas. Dan ganas de decir: si esto era la nueva política, vivan los partidos políticos.
Al margen de la catarata de candidaturas (que LaCapital enumera en las páginas 8 y 9 de la sección La Ciudad) lo que queda claro en este cierre de listas que sólo generó adrenalina en el círculo rojo es que se pareció mucho más a un desfile de postulantes sin partido que a un despliegue de nombres propios de parte de las agrupaciones políticas.
Y si alguien cree que esta línea de razonamiento no obedece a la realidad pulimentada, bien valen algunos ejemplos. Hay candidatos radicales en cuatro frentes diferentes (Frente Progresista, massismo, Cambiemos y la Lista 3 rosarina). Calma radicales. Que se rompa, se doble y se divida.
Otra situación inédita: por primera vez el Partido Socialista no llevará candidatos con ADN propio como cabezas de lista a concejal y diputado. "Estamos dando un claro mensaje de apertura a la sociedad, que es lo que nos pidió, que la escuchemos", dicen cerquita del gobernador Miguel Lifschitz, principal impulsor de la lista a concejal que incluye a Pablo Javkin, Verónica Irízar y Lisandro Zeno, absoluto debutante en las lides electorales. El socialismo y algo del PJ conservan el peso específico partidario. Casi sin ruidos.
La interna progresista
La presencia de Zeno (un joven que dedicó sus fuerzas a su tratamiento médico pero también a campañas para concientizar sobre la donación de sangre y de médula ósea) sacó de la lista a los aliados progresistas radicales, que tenían ya a Sebastián Chale como número 3. Frente a esto, en el sector de María Eugenia Schmuck y el propio Chale están que trinan contra los socialistas y contra Javkin, a quienes acusan de haber privilegiado el marketing por sobre la política. Y no sólo trinan: armaron listas propias a concejal y diputado. Calma, radicales.
El periodista que escribe esta columna de opinión considera imposible explicarle la política rosarina a un politólogo sueco tomando como base al Frente Renovador local que llevará a un peronista (Diego Giuliano) como cabeza de lista a diputado nacional y a una radical (Daniela León) como postulante a concejal. Alejandro Grandinetti es el dirigente rosarino que posibilitó esta entente. Sergio Massa, se supone, estará agradecido. A propósito: ¿habrá interna entre Giuliano y Amalia Granata? En ese caso, al actual concejal le tocará enfrentar a otra modelo, como en su momento ocurrió con Ana Martínez. Toda una curiosidad.
En el macrismo local, presunto dador de nueva política, está enquistada la interna más feroz de todas las agrupaciones. Hasta ahora (en política nunca se sabe y las listas cierran el lunes) se anuncia una interesantísima interna entre Roy López Molina y Ana Martínez. El que se baja, pierde. El que gana o permanece como número 1 tiene todas las chances de ser candidato a intendente en 2019.
Curiosidad: a los dos protagonistas les quedan años de mandato como diputado provincial y diputado nacional, respectivamente. Pero, se entiende que deben saldar sus diferencias. No está 100 por ciento definido que vayan a una compulsa. Créase o no, hay una tercera lista en condiciones de competir: la de la juventud PRO, con Paco Orell a la cabeza.
El peronismo rosarino sí decidió ir a internas con varias listas, al menos 6. Explíquenle el nivel de fragmentación del partido que tiene como lema "todos unidos triunfaremos" al politólogo sueco. Roberto Sukerman, Antonio Ratner, Fernando Rosúa, Armando Perichón y Sebastián Artola, son algunas de las referencias.
Una de las grandes novedades se dio en la ciudad de Santa Fe, en donde la tirria entre socialistas y radicales corralistas hace temblar hasta al Puente Colgante. Lifschitz y Antonio Bonfatti lograron que el periodista-senador Emilio Jaton sea candidato a concejal. "Un 60 por ciento de los santafesinos está dispuesto a votarlo", dijo una fuente. Los socialistas, una vez que se abrieron, tuvieron éxito con el presentador televisivo Jaton, de quien exageran potencialidad electoral hasta el paroxismo.
La pelea con Corral está clavada en todo. "El Frente Progresista se presentó en 312 localidades, con 408 listas. Corral sólo pudo incluir cinco localidades con Cambiemos", revela un vocero de la Gobernación. Desde la ciudad de Santa Fe no se quedan atrás: "Jaton es de origen peronista. Y los santafesinos lo votaron para cuatro años. A los dos se baja de su cargo, porque quiere ser intendente. Corral cumple con su contrato y no va a diputado, pese a todas las presiones".
Si algunos lectores se sienten abrumados por la catarata informativa, no hay buenas noticias: aún falta todo el proceso de rosca e inscripción de los postulantes a diputado nacional. En ese vector también se corroborará el final de la mayoría de los partidos políticos como ordenadores de las candidaturas.
Entre el fárrago de listas, listitas y listones a concejal, debe reconocerse el trabajo prolijo de Ciudad Futura, quienes cerraron su nómina hace casi un mes llevando en la cima al pastor Eduardo Trasante, toda una sorpresa.
A casi cuatro meses de las elecciones generales en Rosario sería un acto de irresponsabilidad periodística pronosticar quiénes ganarán y quiénes perderán, pero la lluvia de listas (21) asegura un poroteo significativo entre los frentes más importantes. ¿Qué quiere decir esto? Que el que cosecho el 32 por ciento de los votos estará en condiciones de ganar. En 2013, Miguel Cappiello triunfó con el 28 por ciento.
Al fin, la política se apoderó de la escena. Así será hasta el mes de octubre.
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