Como las olas cuando se termina la pleamar. Así quedó la política santafesina tras los episodios —escandalosos y no tanto— que golpearon al peronismo pero tuvieron efectos colaterales en el Frente Progresista.
Por Mauricio Maronna
El Senado fue caja de resonancia de la política santafesina, hoy atravesada por el escándalo.
Como las olas cuando se termina la pleamar. Así quedó la política santafesina tras los episodios —escandalosos y no tanto— que golpearon al peronismo pero tuvieron efectos colaterales en el Frente Progresista.
Han pasado cosas graves y se han dicho cosas gravísimas. El cacique sanlorencino, que se encontraba en medio de una tormenta de acusaciones, fue defendido con la habitual concepción que tiene la corporación senatorial. cuesta leer y escuchar a almas bellas que recién se enteran de que el Senado es una corporación. ¿A que se dedicaban cuando los gobiernos anteriores aumentaban subsidios para garantizarse las leyes que no podrían alcanzar con los propios, porque el Frente progresista era minoría?
Es más, entre el bloque de los cuatro hay un senador que tiene problemas de conciencia porque siempre participó y fue apadrinado por Traferri. Pero pudo más la orden de Omar Perotti. Todo lo que pasó, para el seguidor de la política, está más que explicito. El gran tema, la gran pregunta, es ¿cómo sigue el peronismo después de este escandalo que sería cismático definitivamente si ni no se tratara del peronismo?
El vacío
Una fuente del oficialismo comentó ayer a La Capital, en vivo y en directo, lo que ocurrió en la Cámara de Senadores cuando había funcionarios instalados esperando que se trate el proyecto de ley tributaria. “No quedó ni el loro (sic). Se fueron todos. (Alejandra) Rodenas dijo que tenía un compromiso ineludible, los demás hicieron mutis por el foro y alguien murmuró «si no los veo, Felices Fiestas». Siempre acordábamos con Traferri, pese a todo, ahora no hay con quien negociar»”.
En su discurso, Traferri acusó a Sain formalmente de ser “servicio de inteligencia” y se preguntó porqué el gobernador lo mantiene en el cargo, con todos los problemas de convivencia. Pregunta que hoy se formula buena parte del oficialismo. Tal vez sea más fácil arrojarle la culpa entera a Saín, “el peor ministro de Seguridad de la provincia de Santa Fe” (Traferri dixit) que al propio gobernador.
Pero todo eso ya pasó, lo importante es lo que viene, y es bueno reanudar las conversaciones sobre las intensidades de la política. Todo parece indicar que habrá Primarias Abiertas simultáneas y Obligatorias —salvo otra catástrofe pandémica— y los peronistas se tendrán que sentar a negociar la edulcorada “unidad en la diversidad” que, en Santa Fe, ha quedado demostrado que es una mentira total. Se han dicho de todo entre el Ejecutivo y el Legislativo los peronistas.
Pero el fin de la pleamar también dejó magulladuras en el Frente progresista. Felipe Michlig está que trina porque no hubo una posición unívoca y sustentable de los aliados. Mientras por un carril se ponían de acuerdo en rechazar el desafuero por insustancioso, el socialismo imprimía un documento de aval a los fiscales. Daría risa si no fuese tan grave la situación institucional.
Otro episodio bizarro: el senador Lisandro Enrico convertido en vocero de la posición del rechazo al desafuero, el jueves, un día después se abstuvo a la hora de la votación.
Cómo harán los socialistas y los radicales para mantener la unidad es una pregunta de las buenas. Pero no solamente por esta especie de “animémonos y voten ustedes” que les acicateó el socialismo, sino por la intención de una gruesa parte de la UCR provincial de ir hacia un acuerdo más amplio con sectores de Juntos por el Cambio, que es lo que debería hacer la oposición no peronista de centro izquierda si quiere volver al poder.
Rumores
Santa Fe parece tierra arrasada como consecuencia del escándalo institucional que aún no terminó y que está a punto de declarar formalmente un conflicto entre poderes. Faltan declaraciones muy importantes y hay rumores de todo tipo,de los que esta columna no se hace eco por no tener confirmadas las especies informativas. Pero que convocan al asombro.
Toda la ofensiva contra Traferri estuvo serpenteada por intereses cruzados, casi como si se tratara de un episodio transversal. Nunca ocurrió algo así en ta provincia, con acusaciones severas hacia el titular de Seguridad de instalar un esquema de inteligencia propio de otras épocas. Y con denuncias hacia un senador de intervenir en el juego clandestino, como si se tratara de una kermesse.
Santa Fe debe recuperar lo que alguna vez fue, allá lejos y hace tiempo. Hoy está en todas las portadas por los escándalos, la friolera de muertos, la inseguridad y la mar en coche. Si el gobernador Perotti se propone instalar un mani pulitte en serio, sin convertirse en una parodia, bienvenido sea.
Lo que debe resolver Perotti es la inseguridad creciente en Rosario, tierra de nadie muchas veces, donde se pavonea el sicariato. También es hora de que el intendente, los concejales y las demás instituciones suban la voz por la ciudad más importante.
Ojalá la agenda recupere a la política, que no es una mala palabra. Toda esta podredumbre se terminará con más y mejor política.
La Municipalidad presentó la idea a los organizadores de la feria, quienes ahora deberán evaluarla. La fiesta será el 4 de noviembre
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