Todo bien. El cuento de la lucha por el poder camina hacia la meta anunciada. Las encuestas ya comienzan a dictar los planes de acción. Un buen negocio para politólogos y expertos en ver lo que la bola de vidrio augura y algunos esperan se convierta en realidad. Otros grupos de intereses forman constelaciones alrededor de los posibles candidatos. Un tercio por acá, otro por allá y otro acullá. A los depredadores los atrae la sangre, a estos malabaristas de los números el dinero proveniente de los bolsillos de los poderosos que a su vez los llenaron con aportes puros venidos del cielo. Los ángeles, inocentes por naturaleza, tienen misteriosas cuentas secretas en bancos amigos y a la hora de desparramar dones tienen sus endiosadas preferencias. Según analistas confiables, el 60% de la sociedad lo compone el no peronismo. Y alrededor del 30 del 60% se encuentra vertebrado por el anti-peronismo que representa la base electoral del presidente Macri. Pero también sostienen que Macri se agota en Macri, de ahí la imprescindible necesidad de la explotación mediática de los "delitos" K, bandera que se agita con desesperación ante la imposibilidad de exhibir logros prometidos y mentidos. Mientras, los votantes analizan si ejercerán su derecho llevados por el miedo, resentimiento o ideales engañosos. Toda decisión no será íntegramente propia. En parte responderá a los sicofantes profesionales, expertos y temidos denunciantes especialistas en calumnias y delaciones. Nada personal. Sólo por dinero. Son como los insectos que viven de chupar la sangre ajena. Los políticos, esos que están atornillados a sus sillones, los sienten como propios, un mal menor que ni siquiera les provoca una irritación. Y la explotada grieta, ahí seguirá. Tanto rencor proviene desde el fondo de la historia, aunque después de la autodenominada revolución libertadora se exacerbó y nada fue igual ni parecido. Los fusilamientos y actos de inhumanidad extrema se resumieron en la promesa y amenaza de un alto jefe militar de entonces a los trabajadores municipales: el hijo de un barrendero, será barrendero y nada más. Años después se lloraría a treinta mil desaparecidos. Y el revanchismo social sigue vigente, como reza el tango: "Este odio maldito/que llevo en las venas/me amarga la vida/como una condena...) ¿Qué pasaría si volviera el populismo con los indeseables de siempre? Quieren asustar pronosticando recesión, inflación. ¿Y ahora qué? Quienes podrían intentar reflotar el país callan o dialogan sin resultados. Un sabio, estrellando un plato contra el piso les dijo: Miren, vean. Es más fácil romperlo que unirlo. No olviden que unirlo es mucho más que en defensa propia. Es por todos.