Con una periodicidad de reloj suizo, la indómita Lilita complica y pone en apuros al gobierno, mucho más que toda la oposición. Ese también es un cambio de época que trajo el triunfo del macrismo, en 2015, y que se consolidó con el transcurso de los meses.
A Mauricio Macri no le gustan nada los furibundos cruces de Carrió, quien en su última intervención televisiva lo describió como poco austero y lo acusó de viajar en helicóptero "desde chiquito", además de "no tener idea". "Hay una parte de Macri que lo lleva a Angelici", fue otra de las frases de Lilita, quien por primera vez tuvo tiempo para detenerse en el plan económico del gobierno.
"Le diría «basta» al gobierno. La clase media hoy está apretada, no le alcanza y deben comprender que las clases medias son las que hacen grande este país. Por eso me opongo al aumento de tarifas, creo que se puede ir más despacio, más gradualismo. Yo volví a la mortadela, dejé el salmón y volví a la mortadela", graficó. Estas últimas críticas sí preocuparon a la mesa chica de Balcarce 50 que, se sabe, en el terreno económico viene dejando un mar de dudas.
Los dichos de la diputada por la ciudad de Buenos Aires se producen en el momento en que se analizan varias cuestiones en Cambiemos, de cara al próximo año electoral. Incluso, algunos quisieron ver detrás de los dichos de Carrió una venganza pública por la difusión del canje de pasajes por dinero que realizó la chaqueña, al tope de una larga lista de diputados. De acuerdo con una nota periodística, la lista la encabezan Carrió (Coalición Cívica) y Alberto Roberti (Bloque Justicialista), que canjearon la totalidad de tramos terrestres y aéreos, por la friolera de 355.800 presos.
Aunque el presidente se moleste cada vez que la chaqueña abre la boca, no hay margen en el macrismo para salir a confrontarla públicamente. Carrió le ofrece a la coalición oficialista una pátina de pretendida superioridad moral a la hora de poner en fila a los opositores y le galvaniza el frente interno al gabinete, justo en momentos en que vienen siendo muy cuestionados algunos ministros por tener el patrimonio fuera del país o, como en el caso del titular de Finanzas, Luis Caputo, por poseer supuestas cuentas offshore sin declarar.
Siempre viene bien tener a Lilita en las filas propias y no acusando desde la oposición. Ya lo decía Juan Domíngo Perón en el Manual de Conducción Política: "A algunos les quiero dar una patada, pero les doy un abrazo".
Además, las críticas de Carrió estallaron en paralelo a una supuesta decisión radical en ciernes, para pedirle a Marcos Peña que el candidato a vicepresidente sea de boina blanca. El jefe de Gabinete ya tiene conocimiento de ese deseo radical, y hay quienes dicen saber que la respuesta será un "no".
Ya se escribió en esta columna que el futuro de la UCR, como parte integrante de Cambiemos, está atado al destino de Macri. Cuanto mejor le vaya a Macri, menos chance tendrá el radicalismo de poder imponer una fórmula. Y después del actual mandatario pedirán pista María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta o el propio Peña. Y si al presidente le va mal, el radicalismo compartirá el costo político de esa supuesta debacle.
Por eso, el gobierno debe cerrar los posibles frentes internos con los aliados. Y no contestar si Carrió le mueve el mantel de la mesa.
Al margen de lo que ocurrió a nivel nacional con los vaivenes del escándalo de los pasajes y la presencia accidentada de Caputo en el Congreso, en la provincia de Santa Fe empieza la cuenta regresiva de un tema que ocupó la agenda política durante varios meses: la viabilidad de la reforma constitucional.
Curiosamente, las declaraciones de Macri fueron tomadas de manera ambivalente en el PRO rosarino y en el gobierno de Lifschitz. Para Roy López Molina —el más declarado opositor, junto a Omar Perotti y José Corral, a que se convoque a elecciones de convencionales constituyentes en 2018—, el presidente siguió la línea de oposición. En cambio, para el ministro de Gobierno, Pablo Farías, lo que hizo fue aportar temas y argumentos para la reforma.
"Es un tema delicado, pero lo más delicado no es para mí que se quiera incluir una cláusula especial para que el gobernador de turno pueda ir a la reelección. Es más delicado que la reforma termine siendo en contra de la gente. Porque los demás también le piden algo para ellos y termina siendo siempre para el microclima de la política. Se inventan más cargos y más nombramientos", mensuró el presidente al hablar con Radio 2.
En paralelo a la posición del macrismo, el PJ tendrá su congreso para expedirse. Será luego de que el gobernador presente la iniciativa a la Legislatura. En la Casa Gris ya saben que algunos senadores y diputados tienen un doble juego: lo palmean a Lifschitz para acicatearlo, pero terminarán escudándose en el congreso partidario. "Nunca estuvimos tan cerca de que se apruebe la necesidad de la reforma. No pasó ni con (Jorge) Obeid, (Hermes) Binner y (Antonio) Bonfatti", se jactan en el edificio de Dorrego y Santa Fe.
Este diario adelantó hace una semana algunos contenidos que incluye el proyecto: ballottage electoral y rango constitucional para la provincialización de la EPE, Aguas y Caja de Jubilaciones.
Casi en paralelo, Lifschitz anunciará una reforma política que establecerá controles intensos para las primarias, habitualmente un aquelarre de frentes políticos que sólo llevan confusión a los electores. Se dispondrían una serie de exigencias para los partidos, al margen de los avales, y se crearían instrumentos para evitar listas espejo y cuestiones por el estilo.
Siempre es auspicioso buscar caminos que lleven a una mejor forma de hacer política.