La Organización Mundial de la Salud define a la salud como "…un estado de
completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o
enfermedades…". Este concepto enmarca a la salud en una perspectiva social integral,
produciendo la ruptura con el abordaje reduccionista basado en la ausencia de enfermedad.
Esta definición totalizante es lesionada constantemente cuando no se respeta el
derecho humano al agua y, en consecuencia, se termina comprometiendo el medio ambiente y el
desarrollo sostenible. Un ejemplo concreto: el acuífero Guaraní, que abarca parte de de la
Argentina, puede abastecer agua a 720 millones de personas y, sin embargo, en nuestro país, según
datos de la OMS y OPS, más de siete millones de personas no acceden al agua potable y más de 20
millones no tienen servicio cloacal. En tanto que en Santa Fe (datos del 2005), la mitad de la
población por diversas razones no accede al vital alimento.
Si lo contextualizamos en el mundo, hay que recordar que 1.100 millones de
personas no tienen agua potable y 2.200 millones mueren anualmente por enfermedades vinculadas al
consumo precario de este elemento insustituible. El panorama se agravaría cuando se incremente el
consumo en más del 50 por ciento en el año 2025, con lo cual quedaría seriamente comprometidas las
futuras generaciones.
Ante esta perspectiva, corresponde preguntarnos si no es pertinente y necesaria
de forma inmediata la participación de los jóvenes en los órganos de dirección de prestación de
servicios sanitarios de agua y cloacas. Es que, insistimos, se trata del grupo etario del cual
depende la calidad de su existencia en el futuro. Ellos son lo que mejor van a constatar o padecer
todas las negligencias que hayamos tenido en este presente.
Su protagonismo en los entes de gestión y control del agua los convertiría en
algo así como fiscalizadores etarios del desarrollo sostenible. Además, es justo que quien se
expone más en el tiempo tenga una participación obligatoria y relevante en los entes y empresas
públicas relativas al tema.
Para ser más precisos, con dicha intervención etaria juvenil, podrían testear si
cada una de las iniciativas de gestión inmediatas o mediatas son acertadas o persisten en poner en
riesgo de sus derechos de acceso al agua y a un medio ambiente sano.
En nuestra provincia, concretamente, los jóvenes deberían tener un rol
protagónico en la dirección del Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Enress), Aguas Santafesinas
(Assa) y en otros organismos públicos, que si bien no son relativos al tema que estamos tratando,
también tienen enorme gravitación, como la EPE y la Defensoría del Pueblo. Para tal fin, se
requiere de la voluntad del Estado, para que disponga las necesarias normas que institucionalicen
la participación.
Podría debatirse en la Legislatura un proyecto que instrumente para que
conjuntamente a las próximas elecciones de diputados provinciales se elijan candidatos de la
juventud para que ocupen cargos en los organismos citados. O bien que se elijan en audiencias
públicas por méritos y antecedentes.
En trabajos de campo realizados en Argentina, México, Colombia, Panamá, Costa
Rica y con otra metodología en Uruguay, no hemos podido verificar una participación sustantiva ni
de la ciudadanía ni de la juventud en la dirección de los servicios sanitarios. En Venezuela, sin
embargo, se pudo percibir un avance cualitativo en tal sentido, a partir de la conformación de las
llamadas Mesas Técnicas del Agua y los Consejos Comunitarios.
Mucho se suele hablar sobre el futuro de la juventud, pero lo concreto es que no
se le abre ningún espacio de participación en el presente. Tampoco se puede decir livianamente que
es algo que puede quedar para mañana, porque en esa dilatación crónica, a la que tan acostumbrados
estamos los argentinos, la juventud deja de serlo.
En definitiva, la posibilidad de un futuro con menos contradicciones entre
recursos y personas, y con una mayor calidad de ciudadanía será posible si comenzamos a actuar hoy.
Vale la pena. Además, como dijo Rubén Darío: "La juventud, en todas partes, es atrayente, animosa y
vencedora".
(*) Doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales. Disertante ante el Ecosoc de Naciones Unidas,
Costa Rica 2008.