Por Mauricio Maronna
La transición santafesina tiene algunos ruidos y pocas nueces. Faltan tres meses para que el cambio de ciclo político se lleve adelante. Y, se sabe, tres meses en Argentina representan una eternidad.
Hasta ahora, el gobierno entrante y saliente apuestan al manual no escrito de los protocolos de la transición. Los peronistas que volverán al poder el 10 de diciembre quieren poner en primera plana ejemplos de la "pesada herencia", y el Frente Progresista apuesta a privilegiar los 12 años sin episodios de corrupción. En el medio se juega la batalla política.
La novedad vino de la mano de la creación de una página web peronista destinada a poner todos y cada uno de los tópicos que se consideran críticos. Y le piden a la Casa Gris que instrumente medidas de orden fiscal, presupuestarias y financieras para garantizar el cumplimiento de los compromisos asumidos. Ahí menciona el pago de las obligaciones salariales y previsionales, la cancelación de las obligaciones con proveedores, contratistas, municipios y comunas y terceros, el sostenimiento de las políticas de atención social y "el normal funcionamiento del Estado".
Curiosamente, ni en el decálogo que en su momento le elevó Perotti a Lifschitz ni ahora en la página web figura la cuestión de la seguridad, tema omnipresente en la campaña electoral del rafaelino. Y el gran flagelo que atraviesa a Rosario. La mayoría de las expectativas están depositadas en quién será el ministro del área, al igual que en Economía, donde los dirigentes cercanos al senador nacional hablan de Walter Agosto.
Los nombres de Perotti y Javkin
A tres meses de la asunción del peronismo, poco importa saber hoy la composición del gabinete. Perotti —como Pablo Javkin en Rosario— ya tiene la mayoría de los nombres, pero se ocupará de no darlos a conocer para evitar que se desperfilen antes de tiempo.
El peronismo sabe que el único que quedó relativamente en pie después de las elecciones provinciales es el gobernador Miguel Lifschitz, quien ganó en su categoría a diputado y se prepara para ser presidente de la Cámara de Diputados. Dos legisladores provinciales peronistas confiaron a LaCapital que ellos están "dispuestos a votar por otro candidato", aun del Frente Progresista, si de enfrentar a Lifschitz se trata.
Es más, confían algunas fuentes oficialistas que algún legislador radical fue convocado por los peronistas "para charlar", pero después de ese encuentro el interlocutor "le contó todo a Miguel". Miguel es Lifschitz.
El gobernador sabe que el peronismo intentará escaldar su figura, pero confía en que el respaldo frentista será sin fisuras. Los 28 diputados provinciales que tendrán mayoría en la Cámara baja fueron elegidos tras haber sido designados por el propio Lifschitz. "No sólo eso, también el Frente tendrá mayoría en la Asamblea Legislativa", apuntan cerca del mandatario.
Es probable que al regreso de Perotti desde Europa, se intente una reunión entre el gobernador en funciones y el gobernador electo. Lifschitz advierte que no habrá de su parte "una oposición salvaje" y que colaborará con la gobernabilidad que necesitará el nuevo gobierno. Será la primera vez, desde 1983, que el peronismo gobierne sin mayoría en Diputados y necesitará de la oposición para aprobar las leyes.
Los tres meses que faltan para el traspaso del mando preocupan. Y mucho. En el medio están las elecciones nacionales, y nadie descarta que antes o después de la fecha límite del 27 de octubre una chispa pueda volver a encender el fuego de la economía, atada con alambres.
Desde el campus perottista aguardan con mucha expectativa un inminente fallo de la Corte Suprema respecto de la deuda con la provincia. Cuando la Nación logró el apoyo de Santa Fe al pacto fiscal, se puso un plazo: el 31 de marzo de 2018. El gobierno nacional lleva más de un año de incumplimiento, por lo que Lifschitz volvió a reclamar ante la Corte. Respecto del monto, fuentes oficiales dijeron a este diario que se ubica entre 75.000 y 100.000 millones de pesos.
La composición mayoritariamente justicialista de la Corte (que incluye al peronista santafesino Horacio Rosatti) extrema las versiones respecto de que el fallo sería en paralelo a la asunción de Perotti. ¿Le pagará semejante suma el también peronista Alberto Fernández si es que gana las elecciones? ¿Se atreverá Perotti a exigirle a un compañero que le pague a Santa Fe lo que el Estado le debe? Para eso, hace falta saber si el Frente de Todos ganará los comicios de octubre y si Fernández será presidente en primera vuelta.
En Rosario, la marcha de la transición está también salcondimentada por la crisis en las arcas públicas y las anécdotas que forman parte de la relación entre el socialismo y Javkin. Si entre ellos se pelean, los devorarán los de afuera.
Javkin, sin embargo, debe construir su propia mayoría, hacer nacer el javkinismo. Para eso, prepara un gabinete moderno y atravesado a favor de la igualdad de género. El peronismo amenaza con impulsar una auditoría de corte que, según dicen fuentes de la Auditoría General de la Nación, podría hacerse a nivel municipal como provincial.
La intendenta Mónica Fein se adelantó y se mostró a favor de una auditoría interna. Como a nivel provincial, el mayor handicap que tiene el Frente Progresista es la ausencia de episodios de corrupción en los casi 30 años de gobierno.
Al fin, las transiciones están en medio del camino. A casi noventa días del traspaso, falta mucho por recorrer.