Messi tomó la posta como capitán que es. No dejó tirada a la gente, como prometió tras la caída con Arabia. Martino lo anticipó. Una ráfaga podría bastar, y bastó. Y al final del sufrido triunfo sobre México, dijo lo que se intuía, que a varios pudo pesarles el debut en mundiales. Se notó mucho en Montiel, en Lisandro Martínez, sobre todo en De Paul y también en Guido Rodríguez. También en Lautaro Martínez y Mac Allister. En mayor o menor medida. Pero cuando los grandes absorbieron la presión, con Di María asistiendo y Leo marcando, liberaron al resto. Fueron desde ahí los momentos más parecidos al De Paul conocido, también de Molina, el Cuti Romero o Julián Alvarez, mientras que Enzo Fernández sobresalió de ese grupo de 19 debutantes con el golazo final. Acaso sea él el símbolo de que ya la etapa de la presión de la primera vez pasó y Argentina pueda volver a ser lo que fue.