A pesar de los trascendidos de que el peronista Diego Gómez podría ser el secretario de Hacienda de la Municipalidad, poco se sabe públicamente sobre los nombre de quiénes acompañarán en la gestión al intendente electo a partir del 10 de diciembre. Sin embargo, en off la listas van y vienen, tanto como los rumores y las operaciones políticas para ocupar los cargos. Seguramente, Javkin tendrá en cuenta la nómina y el número de funcionarios municipales de alto rango que regresarán desde la Casa Gris a ocupar lo cargos que tenían antes de emigrar a Santa Fe para sumarse a los gobiernos de Bonfatti y Lifschitz. En ese paquete tal vez encuentre Javkin algún colaborador que le interese o tal vez no los tenga en cuenta para comenzar su gestión no socialista al frente del municipio. Lo que se presume es que los funcionarios que ocuparán posiciones de relevancia serán de la máxima confianza de Javkin, sin importar de qué partido o sector provengan porque privilegiará la gestión por encima de la política, algo que no le vendrá mal a la ciudad.
El gabinete de Alberto Fernández
Con todas la encuestas a su favor que le dan una amplia ventaja sobre Macri, Alberto Fernández siente que en pocos días se convertirá en el presidente de la Argentina. Ahí comenzarán otros problemas, como designar a los ministros que lo acompañarán en el arranque de su gestión. Muchos ya se prueban el traje de funcionario, aunque desde el entorno del por ahora sólo candidato, se sostiene que habrá sorpresas. Una, ya no parece tanto. El protagonismo que tuvo María Eugenia Bielsa en Rosario hace unos días junto a Alberto Fernández la ubican en un lugar vinculado al sector de la vivienda dentro del gabinete. Sobre el resto, en el área económica, se manejan los nombres de quienes hasta ahora son los referentes en la materia y que incluso ya tienen contactos con lo mercados de capitales y fondos de inversión del extranjero. Una de las mayores incógnitas, tal vez, es quién será el jefe de Gabinete de ministros, una función clave en cualquier elenco presidencial. Seguramente en un peronismo unido tal vez sólo ad hoc para desplazar de la Casa Rosada a Macri, habrá muchas presiones desde todos lo sectores para ubicar en las posiciones de poder a su propia gente. Por lo bajo, suenan nombres que nadie se anima a repetir porque quienes conocen de cerca a Alberto Fernández saben que no se dejará impresionar por las operaciones y “sugerencias” para formar su gobierno. La gravedad de la crisis, se sostiene, no admite tiempo perdido ni rencillas internas que pongan trabas al proceso de recuperación económico social que promete desarrollar el peronismo una vez que llegue al poder.