"Olvídense de los hoteles" fue el lema con el que Airbnb lanzó hace diez años su plataforma de viviendas de uso turístico. Entonces casi nadie podía prever el nacimiento de un gran rival para el sector hotelero que cambiaría radicalmente el sector turístico.
La empresa fundada en San Francisco creció rápidamente y se convirtió en uno de los "start-ups" más exitosos del mundo. Los inversores sitúan hoy su valor en unos 31.000 millones de dólares y su proyectada salida a bolsa podría ser una de las más grandes en la historia financiera del sector tecnológico.
La idea les llegó a los fundadores de Airbnb, Brian Chesky y Joe Gebbia, cuando ya no podían permitirse su departamento en San Francisco. Sin perder el tiempo colocaron tres colchonetas en la sala de estar para alquilarlas a visitantes de una conferencia sobre diseño. El precio incluía el desayuno. Así surgió el nombre "Air bed and breakfast" (colchoneta con desayuno) con el que la iniciativa arrancó el 11 de agosto de 2008. Más tarde se abrevió a Airbnb.
"No nos podíamos imaginar que Air bed and breakfast podría ser algo grande", decía Chesky. Inicialmente, Chesky, Gebbia y el tercer fundador, Nathan Blecharczyk, solo querían desarrollar una plataforma para la búsqueda de compañeros de piso. Tras cuatro meses de trabajo se dieron cuenta de que este servicio ya existía. Así nació Airbnb, o como dice Chesky bromeando: "La peor idea que jamás haya funcionado".
Hoy la empresa tiene presencia en 191 países y unas 81.000 ciudades con más de cinco millones de alojamientos registrados. A modo de comparación: con sus 30 marcas aproximadamente, la mayor cadena hotelera del mundo, Marriott, ofrecía a finales de 2017 unos 1,3 millones de habitaciones.
Al principio no fue más que una piedra en el zapato, pero llegó a convertirse en un peligroso competidor. Con el servicio "Trips", que ofrece excursiones, eventos y otras actividades vacacionales, también le está haciendo competencia a las agencias de viajes.
Mientras tanto, Airbnb se ha despedido de la imagen de las colchonetas y el desayuno prácticamente ha desaparecido de la oferta. Actualmente, la empresa apuesta sobre todo por una clientela rica en el segmento de lujo. Por esto, no es de extrañar que Wall Street espera ansiosamente la salida a bolsa. Sin embargo, Chesky no tiene apuro: "No vamos a salir a bolsa en 2018", dijo en febrero. Tiene sus motivos para no precipitarse.
Aunque Airbnb no ha sido salpicada por grandes ecándalos hasta el momento, hay muchas críticas y malestar en todo el mundo. Desde hace años hay quejas por usuarios desconsiderados que generan ruido y estrés. A Airbnb también se le acusa de incrementar el déficit de viviendas asequibles. En muchos lugares las autoridades denuncian que muchas veces no se pagan impuestos por los ingresos de Airbnb y que muchos anuncios son ilegales.
Hannes Breustedt / Agencia DPA