● Que los estudiantes secundarios sigan sacando buenas notas en las evaluaciones nacionales de educación. Más, que todos tengan las mismas oportunidades de aprendizaje.
● Que los estudiantes secundarios sigan sacando buenas notas en las evaluaciones nacionales de educación. Más, que todos tengan las mismas oportunidades de aprendizaje.
● Que dejen de ser excluidos de las aulas la casi mitad de los chicos: un 46 por ciento todavía no termina la educación obligatoria a tiempo.
● Que ninguna familia con un niño con discapacidad deba deambular por las escuelas rogando un lugar para su hijo.
● Que las historias como las de Emiliano, el joven que padece una atrofia muscular espinal y es el abanderado de su colegio, sean verdaderos testimonios para pensar una educación inclusiva.
● Que ninguna joven mamá deba pasar por situaciones de discriminación y maltrato como la que vivió María Sol, la estudiante de la capital santafesina a quien se le cerraron las puertas de su secundario, con el visto bueno oficial, por querer asistir a clases con su pequeño en brazos.
● Que haya más profesores de Escuelas Medias Para Adultos (Eempas) como Laura, que confió en sus alumnos, los entusiasmó a presentar un proyecto de matemática en la feria de ciencias, llegaron a la instancia nacional y fueron distinguidos.
● Que los estudiantes y profesores de la Técnica Nº 471 Rodolfo Rivarola dejen de aprender en un edificio alquilado, que se llueve, sin baños dignos ni aulas suficientes para garantizar las clases diarias. Y que después de 20 años, de una vez por todas, les terminen la nueva escuela.
● Que las funcionarias que están a cargo de la Regional VI despierten, que sigan recorriendo escuelas para las inauguraciones y fiestas del calendario, pero también para escuchar a tiempo los reclamos y necesidades de las escuelas.
● Que en los secundarios no haya más horas libre y profesores en situación de disponibilidad. Inexplicable desde lo pedagógico y desde la asignación de recursos.
● Que no se naturalice que los chicos más pobres y del campo tengan que trabajar antes que estudiar.
● Que se atiendan los eternos reclamos de la educación rural: desde el transporte seguro para los maestros hasta la no fumigación de los campos; y secundarios con igualdad de oportunidades.
● Que los adolescentes del Irar sigan siendo premiados por el esfuerzo que ponen sus docentes, pero que el Estado admita que el espacio que habitan es inhumano y nadie en esas condiciones por más colores que le pongan se puede recuperar.
● Que siga creciendo la matrícula en los jardines de infantes, más ahora que en el país y en la provincia será obligatoria la sala de 4 años. También que se garanticen jardines maternales en todos los barrios.
● Que los senadores provinciales por una vez en la vida escuchen a los docentes más que a los intereses de las patronales de los colegios privados. Y no pateen así leyes clave como la que sanciona con la quita del subsidio del cargo a los establecimientos que despidan educadores porque sí. También que atiendan lo imperioso que es para las escuelas contar con equipos de profesionales para acompañar la tarea pedagógica. Un proyecto, con media sanción de Diputados, al que tampoco le ofrecieron la menor atención.
● Que el Ministerio de Educación y las demás áreas de gobierno dejen de ponderar el trabajo de los equipos Socioeducativos mientras los mantienen en condiciones de precarización laboral.
● Que se privilegie la formación docente con el ejemplo. No sirve preparar educadores en instituciones empeñadas en esconder su historia y repetir prácticas autoritarias y negligentes, como pasa con el Instituto Nº 22 de Fray Luis Beltrán que nombró a sus directivos a dedo y le cierra el diálogo a los estudiantes y profesores.
● Que la provincia tenga un plan de lectura propio, apoyado en las ricas y múltiples experiencias que se hacen en muchas escuelas y bibliotecas populares. Y que repartan los libros del Plan de Lectura Nacional.
● Que los docentes de la educación privada puedan gozar de los mismos derechos que los de la educación pública, con escalafones y concursos para acceder a un cargo, que no dependan de "caerles bien" a los representantes legales.
● Que se multipliquen los proyectos escolares que invitan a recuperar la memoria y la educación en derechos humanos. Igual al que protagonizaron los secundarios de las escuelas 550 y 422 de Granadero Baigorria que impulsaron la expropiación de La Calamita, donde funcionó un centro de detención clandestina.
● Que los chicos de Las Flores estrenen en el inicio de 2015 la Técnica 407, otra construcción postergada por años. Seguramente así habrá más profesores y estudiantes que gendarmes caminando por el barrio.
● Que cada vez más los chicos y jóvenes se organicen en centros de estudiantes, verdaderos organismos para ejercitar la democracia y hacer valer los derechos juveniles.
● Que las familias estén presentes en la educación escolar de sus hijos.
● Que la Orquesta Sinfónica Provincial siga ofreciendo mágicos conciertos a las escuelas para enseñar el lenguaje universal de la música. También que sigan creciendo los proyectos de orquestas juveniles en las aulas y en los barrios.
● Qué cada vez más adultos sigan el ejemplo de Noris, que a los 80 años se animó a terminar la primaria, y descubran que nunca es tarde para aprender.
● Que la Eempa Nº 1143 de Villa Gobernador Gálvez tenga su edificio propio para sumar más alumnos. Desde hace 40 años, el mismo tiempo que esta modalidad de enseñanza tiene en la provincia, es la única en la localidad.
● Que en la próxima discusión paritaria los docentes no tengan que explicar públicamente ni al gobierno provincial ni a la sociedad que la tarea que realizan es sustancial y que merecen los mejores salarios.
● Que los candidatos y candidatas a concejal, legislador, intendente o gobernador sean respetuosos cuando hacen diagnósticos de la educación en tiempo de campaña. (Un pésimo antecedente: cuando se anunció el proyecto del PRO de impartir "educación emocional" en las escuelas, sin la menor idea de lo que se dice).
● Que el Ministerio de Educación no tenga que contratar más una universidad española por casi un millón de pesos para formar "tutores afectivos inclusivos a distancia" (?!).
● Que prevalezcan los abrazos espontáneos, el afecto de limpiar un moco caído, las escuelas de puertas abiertas, inclusivas, esas que cada día hacen del aula un lugar diferente, con tanto oficio que todos tienen ganas de enseñar y aprender y nadie se siente excluido.