Un virus de tamaño diminuto, de aproximadamente 100 nanómetros, y que solo es visible con un microscopio electrónico está poniendo al mundo, el país, la provincia y la ciudad frente a un espejo que desnuda fortalezas y debilidades. A lo largo de los años Rosario montó un sistema de salud público y privado de calidad, pero podría haber enfrentado la pandemia de Covid-19 aun en mejores condiciones: con más infraestructura y servicios sanitarios. En San Martín y Circunvalación hoy ya debería estar funcionando “el hospital más grande y moderno del país”, según prometieron hace algunos años las autoridades provinciales: el bautizado Hospital Regional Rosario Sur. De acuerdo al cronograma, la obra ya tendría que estar inaugurada, pero quien recorre hoy el lugar solo descubrirá un esqueleto de hormigón, con piso de tierra y cerramientos. El proyecto de este nuevo centro de salud de nivel 3 de complejidad contempla 280 camas, que si estuvieran en la actualidad serían vitales en medio de hospitales saturados por el pico de contagios de coronavirus. No muy lejos de ahí, también en la zona sur de Rosario, en Ayacucho y Lamadrid, reluce el Museo del Deporte, que se inauguró en septiembre pasado, en una obra que costó, según el concejal Carlos Cardozo, “cerca de mil millones de pesos”, a valores del año pasado. Estos dos hechos parecen desconectados, ¿pero lo están? ¿Si la caja del Estado provincial es una sola y finita, los gobernantes no deberían sopesar las obras públicas prioritarias y las que pueden esperar o hasta las que se podrían considerar superfluas? ¿Cuál es el criterio, el orden de prioridades? ¿Los millonarios fondos que se destinaron al Museo del Deporte no hubieran estado mejor invertidos en el Hospital Regional Sur?
El Hospital Regional Sur de Rosario fue anunciado en el marco del plan “Ciudad Salud” y comenzó a construirse en junio de 2011 durante la gestión del entonces gobernador Hermes Binner. En ese momento se dijo que se realizaría en un plazo de cuatro a cinco años. Pero se consumieron casi seis años en levantar sólo la estructura de hormigón del megaproyecto sanitario, de 39 mil metros cuadrados (a modo de comparación, el Heca tiene 19 mil metros cuadrados).
A mediados de 2017 se reprogramaron los plazos y se anunció que el hospital estaría inaugurado en 2020 (leer acá). Pero en ese lapso sólo se avanzó con la impermeabilización y los cerramientos.
Los sucesivos parates y la lentitud de la obra pueden explicarse quizá en que por entonces la propia gestión del gobernador Miguel Lifschitz tuvo serias dudas del ambicioso proyecto que había diseñado Binner. “La obra del Hospital Regional Sur de Rosario no es una prioridad. No está dentro de las prioridades inmediatas, tenemos que repensar su futuro ante los avances que han tenido otros hospitales, como el de Reconquista y el Iturraspe de Santa Fe, y otros en curso en Coronda y Rafaela”, afirmó el 29 de diciembre de 2017 la entonces ministra de Salud provincial, Andrea Uboldi (leer acá).
Así, la obra hoy está inconclusa. Solo se concretaron el esqueleto de hormigón y las aberturas, y adelante se inauguró una placita con luces led. Resta la etapa más onerosa de los trabajos, la que demanda mayor inversión: la arquitectura interior, infraestructura (instalaciones de agua, electricidad, estación transformadora de la EPE, cloacas) y todo el equipamiento médico necesario para el funcionamiento del efector. Las actuales autoridades de Salud de la provincia estiman que se necesitan algo más de 3.000 millones de pesos para terminar la obra y están buscando financiamiento para concretar los trabajos, que tendrían un plazo de ejecución de tres años.
En ese mismo tiempo mejor suerte tuvo el proyecto del Museo del Deporte, con un edificio de 4 mil metros cuadrados. Se empezó a construir en 2015 y se inauguró en septiembre de 2019. En equipamiento tecnológico se realizó una inversión millonaria. Solo la pantalla de led gigante que está en el exterior del edificio, de 24 metros de largo por 14 de alto, costó 1.230.000 dólares. Se la usó en la inauguración del museo y se transmitieron cuatro partidos de la selección de fútbol y algunas películas, pero siempre con escasa cantidad de público. “Al museo no lo justifica nada. Es un capricho total y absoluto. Este tipo de obras todos las queremos tener en nuestras ciudades en la medida en que otras cosas prioritarias estén terminadas”, asevera Cardozo.
El inconcluso Hospital Regional Sur y el inaugurado Museo del Deporte. Dos hechos que parecen desconectados, pero en el fondo no lo están. Es importante vincular esas dos escenas, ponerlas en relación porque hoy, pandemia mediante, pone en cuestionamiento el orden de prioridades que muchas veces tienen los gobernantes.