Leptospirosis
por la crecida) aparece entre las teorías.
De todos modos, y un poco más escéptico, Gómez comenta que "es más lo que se habla allá enfrente (por Rosario) que lo que realmente pasa. Yo a los periodistas les tengo un miedo... porque después la hacen diez veces más grande", se reía. Pero inmediatamente reconoce que "sí, hace 35 años que estoy acá y nunca vi tantos ratones", mientras Chaparro asistía.
De hecho, en el perímetro de la pequeña escuela Marcos Sastre LaCapital contó más de diez roedores muertos. "A ese, por cómo está, seguro que lo agarró un gato", iba contando un lugareño. Los habitantes cuentan para el combate con algunos aliados, como los gatos y los búhos, también predadores, que colaboran.
Pero los responsables del establecimiento trabajan permanentemente en la tarea de prevención. "Nosotros combatimos con veneno, limpiamos permanentemente el edificio y el patio, desinfectamos todos los días", contó Liliana Scavuzzo, directora de la 1.139, adonde asisten 17 chicos. Pero no siempre es suficiente. "Esta mañana había una rata muerta en la mesa del patio. Es que los gatos y los búhos las matan y las dejan en cualquier parte", comentó.
En el Espinillo y La Invernada todavía respiran porque no tuvieron casos con síntomas compatibles con la leptospirosis, pero ya les llegó la información de que en El Charigüé "hubo un muchacho que estuvo bastante mal, ahora se curó, por suerte".
La recorrida. Después de la escuela de El Espinillo, las autoridades siguieron aguas arriba, pasaron por las casas de algunos pescadores, luego fueron por el Paraná Viejo hasta Las Lechiguanas y pasaron luego al Parancito, hasta La Olla. En total, se relevó a 70 familias y se hicieron 127 profilaxis. También fueron a la escuela del Embudo, Martín Jacobo Thomson, donde se les entregó un listado de los pobladores y ellos dejaron la medicación profiláctica.
En todos los casos, se dejaron a los pobladores los teléfonos de referencia para que llamen si advierten alguna sintomatología. "Quedamos a la espera de algún alerta. De acá a un mes estaríamos haciendo otra visita", comentó Rainone, y aclaró: "No hay que olvidar que si bien este operativo fue lanzado por Defensa Civil y Salud Pública de Rosario, esto es parte de Entre Ríos, por lo que todo lo que hagamos tenemos que dar información a las autoridades de esa provincia. No obstante, todos los habitantes que visitamos son usuarios de nuestro sistema de salud, tanto municipal como provincial", advirtió.
"Hace años que vivimos acá y nunca vimos tantos ratones. Tenemos miedo por los chicos, porque uno puede cuidarse, pero ellos andan por ahí todo el día". El comentario de Marisa Garate, una ama de casa que vive con su esposo y sus seis hijos en la isla La Invernada, resume el comentario general de los habitantes de las islas que se extienden frente a Rosario, donde ayer se realizó un operativo para hablar con los lugareños sobre el problema de la leptospirosis y entregar medicación profiláctica.
La acción preventiva fue organizada en forma conjunta por el área de Salud de la Municipalidad de Rosario, Defensa Civil y Prefectura, luego de la muerte de un hombre en Victoria (presumiblemente víctima de la enfermedad) y la presencia en la costa entrerriana de por lo menos 20 casos sospechosos.
El operativo consistió en visitar a más de 150 habitantes de las islas, hacer un relevamiento sobre su estado de salud y entregar dosis de Doxicilina, un antibiótico específico que la población de mayor riesgo debe tomar una vez por semana como medida profiláctica contra la enfermedad.
Así lo explicó Analía Chumpitaz, directora de Información en Salud del municipio rosarino, quien viajó a distintos puntos junto con el director de Defensa Civil, Raúl Rainone, y el jefe de Prefectura, Jorge Boladeres. La Capital acompañó al grupo a la escuela provincial Nº 1.139 Marcos Sastre, una escuela que aunque funciona en las islas entrerrianas es de jurisdicción santafesina.
Allí, un grupo de cien vecinos, alumnos y directivos del establecimiento esperaban para asistir a "una charla", tal cual repetían el motivo de la convocatoria. Después de una explicación sobre la enfermedad, de tomar datos sobre la composición de los grupos familiares y formular algunas preguntas, Chumpitaz entregó la medicación. "No la pueden tomar las embarazadas ni los niños", contó la funcionaria, quien todo el tiempo recomendó mantener a los roedores lejos de las casas, andar con calzado adecuado y consultar inmediatamente al médico ante cualquier síntoma.
Y si hubo un comentario que circuló todo el tiempo fue la cantidad de ratones que se están viendo últimamente en las islas. Y una de ellas fue Marisa, muy preocupada por sus seis hijos. "El más chiquito tiene seis años y anda siempre por ahí", contó a este diario. Marisa vive en La Invernada y su esposo, que era pescador, ahora trabaja en el islote del club Regatas.
Cerca de ella, Horacio Catala, de 50 años, se asombraba por la cantidad de roedores que está viendo en la zona. "A veces salgo de noche con la linterna a matarlos a palazos", aseguró. Vive en El Saco, tiene a su familia en Rosario y se dedica a la pesca. "Estoy en la isla desde toda mi vida, pero esta vez veo muchas más ratas que en otras crecidas", comentó.
A la hora de dar una explicación a esta gran proliferación de roedores, surgen las especulaciones. Por supuesto, la crecida del río hace que estos animales, vectores de la enfermedad que transmiten con su orina, buscan tierra firme, que es más escasa, y se concentran. Pero inundaciones hubo siempre. Juan Carlos Gómez, ecónomo de la escuela, lo atribuye también a la época del año. "No es lo mismo la crecida en verano que en esta época, en que las ratas empiezan a anidar", especula junto a Mario Chaparro.
Qué está pasando.
La disminución de algunos predadores naturales como el dorado y las serpientes, el hecho de que no es época de quema, y la proliferación de pastizales producto de la mi
La acción preventiva fue organizada en forma conjunta por el área de Salud de la Municipalidad de Rosario, Defensa Civil y Prefectura, luego de la muerte de un hombre en Victoria (presumiblemente víctima de la enfermedad) y la presencia en la costa entrerriana de por lo menos 20 casos sospechosos.
El operativo consistió en visitar a más de 150 habitantes de las islas, hacer un relevamiento sobre su estado de salud y entregar dosis de Doxicilina, un antibiótico específico que la población de mayor riesgo debe tomar una vez por semana como medida profiláctica contra la enfermedad.
Así lo explicó Analía Chumpitaz, directora de Información en Salud del municipio rosarino, quien viajó a distintos puntos junto con el director de Defensa Civil, Raúl Rainone, y el jefe de Prefectura, Jorge Boladeres. La Capital acompañó al grupo a la escuela provincial Nº 1.139 Marcos Sastre, una escuela que aunque funciona en las islas entrerrianas es de jurisdicción santafesina.
Allí, un grupo de cien vecinos, alumnos y directivos del establecimiento esperaban para asistir a "una charla", tal cual repetían el motivo de la convocatoria. Después de una explicación sobre la enfermedad, de tomar datos sobre la composición de los grupos familiares y formular algunas preguntas, Chumpitaz entregó la medicación. "No la pueden tomar las embarazadas ni los niños", contó la funcionaria, quien todo el tiempo recomendó mantener a los roedores lejos de las casas, andar con calzado adecuado y consultar inmediatamente al médico ante cualquier síntoma.
Y si hubo un comentario que circuló todo el tiempo fue la cantidad de ratones que se están viendo últimamente en las islas. Y una de ellas fue Marisa, muy preocupada por sus seis hijos. "El más chiquito tiene seis años y anda siempre por ahí", contó a este diario. Marisa vive en La Invernada y su esposo, que era pescador, ahora trabaja en el islote del club Regatas.
Cerca de ella, Horacio Catala, de 50 años, se asombraba por la cantidad de roedores que está viendo en la zona. "A veces salgo de noche con la linterna a matarlos a palazos", aseguró. Vive en El Saco, tiene a su familia en Rosario y se dedica a la pesca. "Estoy en la isla desde toda mi vida, pero esta vez veo muchas más ratas que en otras crecidas", comentó.
A la hora de dar una explicación a esta gran proliferación de roedores, surgen las especulaciones. Por supuesto, la crecida del río hace que estos animales, vectores de la enfermedad que transmiten con su orina, buscan tierra firme, que es más escasa, y se concentran. Pero inundaciones hubo siempre. Juan Carlos Gómez, ecónomo de la escuela, lo atribuye también a la época del año. "No es lo mismo la crecida en verano que en esta época, en que las ratas empiezan a anidar", especula junto a Mario Chaparro.
La disminución de algunos predadores naturales como el dorado y las serpientes, el hecho de que no es época de quema, y la proliferación de pastizales producto de la migración del ganado (también
Qué está pasando.