Todo el mundo ha soñado alguna vez en cómo le gustaría que fuera su vida. Mientras que, de pequeños, algunos aspiran a convertirse en estrellas de Hollywood o en futbolistas de éxito, cada vez más son los que, seguramente ya de más mayores, visualizan un futuro como jugadores profesionales de póquer. Y es que también cada vez es una carrera más factible, pues solo basta con fijarse en los centenares de profesionales que se ganan la vida con el póquer hoy.
Ahora bien, no hay que engañarnos: muy pocos llegan a serlo. Actualmente, se calcula que existen no más de 50.000 jugadores de póquer profesionales, mientras que el número total de jugadores, tanto profesionales como amateurs, se estima en más de 100 millones. Claro está, no todo el que juega quiere dedicarse a ello profesionalmente, pero la diferencia nos dice que no es nada fácil.
En cualquier caso, lo que debemos tener claro es que existe una estructura más o menos definida para que sí sea posible desarrollarse profesionalmente en el mundo del poker. En este sentido, existen suficientes torneos en vivo y online que les permiten a sus participantes ganar buenas cantidades de dinero al año. Aunque eso debería ser suficiente, esos ingresos se pueden complementar impartiendo cursos o con apariciones a los medios que cubren el juego.
¿Cómo convertirse en jugador de póquer profesional?
Jugar al póquer lo puede hacer prácticamente todo el mundo, pero ser profesional de ello es otro cantar. A continuación, vamos a trazar un plan estratégico que podría resultar útil para todo aquel que quiera llegar a lo más alto.
- Estudiar, estudiar y estudiar. Puede parecer obvio, pero no llegaremos muy lejos si no conocemos bien las reglas del juego. Debemos empaparnos de manuales, libros, conferencias y cualquier consejo de los que llevan años triunfando en el sector. Hay que entender el juego y experimentar con él.
- Practicar, practicar y practicar. De nuevo, puede parecer algo lógico, pero la mejor manera de alcanzar el éxito es poner en práctica todo lo que hemos aprendido. Eso nos dará la tan deseada experiencia que, con el tiempo, a buen seguro nos recompensará con alegrías.
- Elegir bien la modalidad. Es imposible que se nos dé igual de bien todo, y lo mismo se puede aplicar en la amplia selección de versiones que tiene el póquer. Con los años, sabremos distinguir cuál se nos da mejor y peor y, sobre todo, con cuál tenemos más posibilidades de destacar.
- Aprender cuándo y cómo hacer farol. Existen muchas estrategias en el póquer, pero el farol es seguramente una de las más claves. Sin embargo, no debemos abusar y hay que entender bien cuándo es el mejor momento de practicarla para poder engañar a nuestros oponentes.
- Gestionar las emociones. El póquer es un juego muy emocional. Del mismo modo que la psicología nos puede ayudar a adivinar qué les puede estar pasando por la cabeza a nuestros contrincantes, hay que dominarla bien para que la tensión de las partidas no nos juegue una mala pasada.
- Jugar de forma responsable. Aunque para algunos puede ser una profesión en la que está en juego mucho, nunca hay que perder la cabeza. El póquer es un juego de apuestas, por lo que es posible perder dinero. En este sentido, es crucial saber cuándo parar y cuándo abandonar una partida.
La trayectoria de los mejores jugadores de póquer profesional
No hay nada mejor que inspirarse en las historias de éxito de los mejores jugadores de póquer del mundo. Uno puede aprender tanto de los aciertos como de los errores que cometieron durante el camino.
Daniel Negreanu, uno de los jugadores profesionales de mayor éxito de todos los tiempos y ganador de siete brazaletes de la Serie Mundial de Póquer, empezó a jugar de bien joven. Con solo 22 años, se trasladó a Las Vegas para perseguir su sueño de convertirse en profesional y no paró hasta conseguirlo. Todavía hoy, hace públicos cada año sus ingresos y sus pérdidas, una forma de atestiguar la naturaleza del juego, en la que hay rachas tanto buenas como malas.
Negreanu aconseja tratar la carrera de póquer como un negocio. Llevar las cuentas de forma detallada puede ser una buena manera de maximizar los ingresos. Del mismo modo, también puede ayudar a hacer un análisis exhaustivo de lo que estamos haciendo bien y de lo que no, lo que nos puede acercar a nuestro objetivo. También sugiere sacar conclusiones de nuestras peores jugadas, como hacen los deportistas de élite, así como entrenar tanto nuestro cuerpo como nuestra mente.