Lograron un producto con una cobertura resistente, transitable y atérmica para techos que supera a las membranas tradicionales.
08:05 hs - Domingo 04 de Mayo de 2025
Pablo Insaurralde llevaba 22 años en el rubro del revestimiento cuando empezó a mirar con atención una mezcla tipo mortero, que es más densa que la pintura, que se utilizaba como recubrimiento para techos. A diferencia de las membranas tradicionales de pintura a base de agua, la que atraía a Insaurralde ofrecía mayor espesor de cobertura, no se arruinaba por el granizo y además tenía capacidades atérmicas. Sin embargo, no estaba tan desarrollada en el país, por lo que era difícil de conseguir.
En busca de un emprendimiento propio, en el 2022, Insaurralde se puso a experimentar para lograr su propio producto para techos, similar al que conocía pero que no abundaba para su comercialización. De la mano de un ingeniero químico y después de múltiples experimentaciones en su casa, llegó al resultado que buscaba. Para asegurarse que recubría correctamente las superficies evitando que traspasara el agua, pintaba cajas de cartón con su mortero, las llenaba de agua y las dejaba para ver si el líquido filtraba. Un día, con alegría, evidenció que sus cajas se habían convertido en pequeños baldes resistentes.
Tecnología aplicada
Hoy su desarrollo para recubrimiento se llama Techocaucho y ofrece una cobertura de hasta 5 mm de espesor, a diferencia de las pinturas tipo membranas que solo aportan 2 mm: “Las pinturas tienen un 60% de agua. Se pueden resecar o descascarar. A su vez tienen menos duración, mientras que este producto puede durar 15 años”, explica el fundador. A su vez, gracias a sus capacidades antitérmicas, los techos con este tipo de implementación pueden disminuir su temperatura hasta un 10%, además de que es completamente transitable y antigranizo: “Techocaucho se hace a partir de 3 emulsiones de polímeros químicos y polvo de caucho”, resume Insaurralde sobre las características técnicas.
Justamente por su cualidad de tener una consistencia más pastosa, es que a este desarrollo se lo llama mortero y no pintura, además de que es amigable con el ambiente y libre de VOC (volátiles hacia la atmósfera). Por otro lado, reduce el ruido en un 80%, inhibe la condensación y resiste la inmersión permanente de agua, como evidenció Insaurralde en sus primeras pruebas en cajas de cartón: “Tenemos clientes que han comprado Techocaucho para recubrir tanques fisurados y no volvieron a filtrar”, da como ejemplo el titular de la firma.
Aplicaciones de Techocaucho
Según Insaurralde, el producto es ideal para recubrir terrazas, techos verdes, cocheras, domos turísticos e incluso construcciones de Steel Framing. Además, también es útil para lograr un recubrimiento atérmico de cañerías, como revestimiento de caños de cemento o hierro y también es inhibidor de oxido y niebla salina en metales. En la actualidad, la marca produce baldes de 20 kgs a un precio de $97.000, cada uno permite un recubrimiento de 10 mt2.
Con una producción de 80 baldes de Techocaucho por día y una venta sostenida de 1800 mensuales, la marca se consolida como la única fábrica de la provincia, siendo una tecnología innovadora y en expansión, poco explotada en la región. Hoy venden de forma directa a través de sus redes sociales y su cuenta de Mercado Libre -de donde sale el 30% de las ventas- además de una red de distribuidores en Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, San Luis y Entre Ríos: “Recibimos consultas de compras desde Colombia y Venezuela donde conocen la tecnología, pero no la consiguen en su país”, comenta sorprendido Insaurralde sobre el alcance de difusión.
Empresa familiar
Cuando Insaurralde decidió emprender en este proyecto, desde el comienzo se sumó con entusiasmo su hija Micaela que aportó visión para la comunicación y el marketing de la empresa. Ella fue la que posicionó la marca en las redes sociales y el canal de venta de Mercado Libre, permitiendo que Techocaucho adquiriera un reconocimiento a nivel nacional: “Si bien la gran vidriera es Mercado Libre, donde tenemos tienda propia y nos dejan excelentes comentarios, también apostamos a la venta en nuestra fábrica. La gente hace una inversión para comprar este material y a veces prefiere acercarse, conocernos en persona y saber a quién le compra”, comenta Micaela.
Con una estrategia de difusión enfocada tanto en la venta final como en los revendedores, padre e hija trabajan para alcanzar a un público de profesionales que conozcan el material para sus desarrollos: “Tenemos como clientes algunas constructoras que nos compran para el recubrimiento de cocheras de edificios”, agrega Micaela quien hoy acompaña también en las tareas de administración más el vínculo con los distribuidores y clientes que se acercan a la fábrica que tienen en Balcarce al 3500. Para ella y su papá, es importante que los santafesinos sepan que tienen la posibilidad de comprar directamente de fábrica, sin intermediarios, porque de esa forma pueden tener un vínculo más fluido, además de conocer aplicaciones del producto que ni ellos habían considerado: “Un cliente lo probó en una madera que se arruinaba por estar demasiado expuesta al sol y agua y le resultó”, comenta Micaela.
Más desarrollos de la marca y próximos objetivos
Además de Techocaucho, la marca también cuenta con Pisocaucho, una pintura para recubrimiento de suelos que venden en un formato similar a su producto principal. Y los próximos pasos son de expansión: “Queremos separar la fábrica del área administrativa”, explica Micaela. De esta forma, mientras padre e hija buscan un espacio más grande, avanzan confiados sobre la utilidad de su producto: “Queremos que la gente sepa que hay una alternativa a las membranas tradicionales y que Techocaucho es una inversión segura y durable”, concluye el fundador en diálogo con Negocios de La Capital.