Tal como la propia marca lo indica, la fortaleza de Familia Anabel es haber logrado un nombre propio haciendo crecer la empresa en familia, logrado diversificarse y ya no sólo ser una panadería y confitería, sino hoy ofrecer lo que ellos denominan una Tienda de Exquisiteces. Eso sí, sin perder la esencia de la marca, que cumplió 46 años en marzo y lo festejó de la mejor manera: estrenando una remodelación total de su local insignia y recibiendo el reconocimiento del Concejo Municipal como Empresa Distinguida de la ciudad. Pero hay un dato más, y es que la segunda generación de Familia Anabel emprendió el camino de desarrollar su know how fuera de estas fronteras, tanto en Miami como en Madrid, y están logrando con éxito el crecimiento en ambas plazas.
Suplemento Negocios entrevistó a quienes dirigen hoy los locales de la marca, Ana Gloria Antolini y Ariel Muccilli, para contar la actualidad de la empresa que trabaja en un segmento donde cada vez hay más competencia, con el surgimimeinto de nuevas marcas gourmet. Pero ellos tienen claro que la marca que fundó Omar Enrique Antolini junto a su mujer Ana María Teresa Haure, tiene una fuerte identidad que es reconocida por los consumidores de la ciudad. “Para nosotros fue un gran reconocimiento el que nos dió el Concejo, porque la empresa ha pasado por todos los momentos del país, siempre abriendo las puertas, y es muy gratificante para nosotros saber que con nuestro servicio hemos compartido agasajos de muchas de las familias rosarinas”, explica Ana Gloria, hija de Omar y María Teresa. Ella agrega que en la empresa, desde pequeños, siempre estuvieron los tres hijos del matrimonio: Ana Elvira, que hoy vive en España, y Abel, que actualmente está a cargo de todo el management los salones de Familia Anabel.
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Omar Enrique Antolini, fundador de Anabel, la marca que lleva el nombre de sus tres herederos: Ana Elvira, Abel y Ana Gloria.
En lo que respecta a la producción es Ariel quien detalla cómo se ha reconvertido el negocio. “El gran valor agregado de Familia Anabel es la renovación constante, la resiliencia, la adaptación, eso desde siempre, me acuerdo que mis suegros fueron de viajar mucho para traer tendencias, iban a Italia donde veían una pizza en plancha y traían esa idea acá. Se cortaba la pizza en el momento y a la gente le encantaba. Y después el otro valor agregado es que tenemos una marca registrada en calidad”. Lo cierto es que el negocio hoy se ha reconvertido y tiene varias unidades: la panadería por supuesto pero también servicio de catering, cocina al paso, bar y hasta un área de market donde venden fiambres, vinos, productos orgánicos, para celíacos y productos de la pescadería FloMar. Y también comercializan los tradicionales desayunos de regalo por delivery más un área de regalería que incluye la florería seca que hoy está tan de moda.
El chajá nunca falla
Si bien el local sigue las tendencias, también es cierto que sus clientes muchas veces buscan los productos más históricos de la marca. Por ejemplo, Ariel cuenta que si bien hacen la pastelería más moderna, lo que más se vende es el tradicional chajá o el lemon pie. Y da un detalle que no muchos conocen: “tenemos el mejor macarrón de la ciudad porque está hecho con una receta única de mi suegro”. Pensemos que Omar abrió la panadería en 1977 por lo cual tiene muchas recetas de antaño y además era Ana María Teresa la que traía mucho expertise del sector panadero porque toda su familia venía de ese rubro. Si bien ella era odontóloga, lo cierto es que siempre estuvo en el crecimiento de Anabel. Hoy la firma tiene cuatro locales ubicados en el centro, en Fisherton, en Refinería y en Funes más los dos salones de fiestas, el de calle Santa Fe al 2100, con capacidad para 150 personas, y el de Fisherton para 350 invitados.
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En calle Santa Fe al 2100 nació Anabel en 1977. Hoy sumaron nuevos espacios al local donde los clientes pueden llevarse no sólo productos de panadería y confitería, sino mucho más.
Mercados externos
La marca que pisa fuerte en Rosario también está dando pasos certeros en el exterior de la mano de la segunda generación. Por un lado, Ana Elvira es quien lleva adelante en Madrid la marca Tita de Buenos Aires que en sólo dos años logró abrir a través del sistema de franquicias 8 locales, donde el producto estrella son las empanadas argentinas. Mientras que Ana Gloria y Ariel son quienes llevan adelante su propio negocio en Miami desde el año 2019. La marca tiene el mismo logo de Familia Anabel y se llama A Family. Cuentan con dos locales en esa ciudad y están por abrir tres puntos de venta más que ya están en obras. Les va muy bien, Ariel cuenta que en Miami “la gente come muchas veces en el auto o al paso, por lo cual las empanadas son una gran solución. Y tenemos las mejores empanadas de Miami con más de 15 variedades”.
De esta forma, Familia Anabel ya se está preparando para la tercera generación. Si bien aún son muy jóvenes, también sus vidas se dan alrededor de la empresa familiar porque ese espacio es el punto de encuentro de los Antolini, y seguramente quieran continuar con el legado de sus abuelos.