Cada vez que Nadia Podoroska (165 del mundo de la WTA) suma una victoria en el circuito profesional le agrega un ladrillo a la construcción del sueño que le representa meterse entre las mejores 100 tenistas del mundo. Y con la victoria de segunda ronda en el 125 K de Praga, concretada este martes, edificó un poco más. El triunfo por 6/3 y 7/6 (4) ante la prometedora colombiana Camila Osorio (207) dejó a la rosarina a las puertas de su mejor ránking histórico. Cuando se actualice el escalafón nuevamente, la Rusa estará más cerca de eso que tanto quiere. En la próxima instancia irá ante la española Cristina Bucsa (177).
Podoroska, de 23 años, se aseguró con las dos victorias en rondas iniciales, superar el puesto 158 que logró en mayo de 2017, cuando estaba en pleno ascenso y las lesiones empezaron a ponerle freno. Hacia finales de 2016 dio el golpe en el último Grand Slam del año, el US Open, y desde la qualy se metió en el cuadro principal de su primer major en mayores. Con la victoria ante Osorio, de mínima, quedará 157. Al año además, le queda recorrido.
El 2020 de la Rusa rosarina veía siendo absolutamente fantástico hasta la irrupción de la pandemia por el Covid-19 y la consecuente suspensión de la actividad en el circuito. Con títulos y victorias resonantes, Nadia fue escalando hacia esos lugares de privilegio que busca desde los 14, cuando siendo una niña prodigio se metió en el ránking profesional. En aquel momento, en el que era la segunda argentina más chica después de Gabriela Sabatini en lograr dicho salto, empezaron a crecer las ilusiones. Tras años de aceleración y otros de interrupción por muchas lesiones, dio un timonazo y a partir de la medalla de oro de los Juegos Panamericanos de Lima 2019, no paró de crecer.
A esta altura Podoroska se mide de igual a igual con tenistas de muy alto nivel y en lo que va de la vuelta al circuito sólo no pudo ingresar en el WTA también de Praga, en un cuadro que ya desde la qualy podía denominarse como “de la muerte”, por los nombres que había. Ante el incipiente reinicio de la actividad, en la previa de la gira de cemento de EEUU, las tenistas buscaron en torneos que quizás antes no jugaban, rodaje. Y endurecieron la competencia. De hecho, ese WTA de Praga fue ganado por la bicampeona de Grand Slam y ex Nº 1 del mundo, la rumana Simona Halep.
De no haber sido por la pandemia y las restricciones impuestas para el US Open que inició el 31 de agosto, Nadia debería haber afrontado la clasificación allí, en Flushing Meadows otra vez. Pero entre las medidas que se tomaron para reducir riesgos por el Covid-19 estuvo la de eliminar las clasificaciones. A modo de saneamiento, la USTA, la Asociación de Tenis de EEUU, propuso este 125K de Praga para que las jugadoras más allá del Top 100 no se vean tan perjudicadas. Por el momento que atravesaba, la rosarina tenía gran ilusión por volver a New York después de aquella vivencia formidable de 2016, pero no pudo ser.
Radicada en Alicante, España, Nadia llegó a Europa en junio tras cumplir confinamiento obligatorio en su casa de Fisherton, junto a su familia y rediseñó el calendario en torno a las nuevas disposiciones. Fue la única argentina en el cuadro principal del WTA de Palermo, donde el resto de las jugadoras fueron europeas. De hecho, el nombre de la Rusa quedará en la historia de la vuelta del tenis en medio de la pandemia, porque el sorteo y el destino quisieron que a ella le correspondiera jugar el primer partido de la clasificación, junto a la local Reka-Luca Jani.
Así, la rosarina, que está clasificada a los postergados Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y es la mejor tenista sudamericana, seguirá su camino en estos certámenes post Praga: Saint Malo, Cagnes Sur Mer y qualy de Roland Garros, todos en Francia. Meterse en el cuadro del torneo de los mosqueros, que se disputará desde el 21 de septiembre, es otro de los grandes sueños de Podoroska, que nació y creció en polvo de ladrillo aunque se mueva como pez en el agua en todas las superficies.
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