Monseñor Edgardo Gabriel Storni, ex arzobispo de Santa Fe acusado y juzgado por abuso sexual, murió esta tarde en La Falda, en la provincia de Córdoba, donde vivía tras el escándalo que sacudió a la Iglesia católica de la capital provincial.
Monseñor Edgardo Gabriel Storni, ex arzobispo de Santa Fe acusado y juzgado por abuso sexual, murió esta tarde en La Falda, en la provincia de Córdoba, donde vivía tras el escándalo que sacudió a la Iglesia católica de la capital provincial.
Storni había nacido el 6 de abril de 1936 y fue arzobispo, luego emérito, de Santa Fe. Se había ordenado como sacerdote en 1961, y había sido nombrado obispo titular en 1976.
En 1984 fue promovido como titular de la diócesis de Santa Fe, tras la muerte de su antecesor Vicente Faustino Zazpe. Renunció a ese cargo el 1° de octubre de 2002, después del escándalo por la acusación de abuso sexual.
El caso llegó a la Justicia a raíz de la publicación del libro "Nuestra Santa Madre", de la periodista Olga Wornat, aunque ya diez años antes el seminarista Rubén Descalzo lo había acusado, situación que originó una investigación interna del Vaticano.
Luego de que el caso repercutiera a nivel nacional, el juez de Instrucción en lo Penal Eduardo Giovanini procesó a Storni por el presunto delito de abuso sexual, aunque la causa quedó prácticamente congelada con la muerte del magistrado.
Recién a finales de 2009 la jueza María Amalia Mascheroni condenó a Storni a ocho años de prisión tras hallarlo culpable del delito de abuso sexual agravado, fallo que fue anulado el año pasado por la Cámara Penal de Santa Fe.
Storni residía en una residencia adquirida por el Arzobispado de Santa Fe en la localidad cordobesa de La Falda, donde llevaba una vida alejada de toda exposición pública y se sostenía con su jubilación.
En 1994, Storni fue investigado por orden del propio Vaticano: 47 seminaristas lo acusaban de acoso sexual. En 2002, ya retirado de su puesto, se trasladó a La Falda, Córdoba, donde vivió hasta su muerte en una residencia eclesiástica. En 2009 fue condenado a ocho años de prisión por aquellos delitos. El año pasado, la Cámara Penal de Santa Fe anuló la sentencia.