Concurrir a un consultorio en pareja para hablar con un especialista de
cuestiones sexuales puede ser toda una odisea. Si bien hoy la sexualidad forma parte de una larga
lista de temas que dejaron de ser tabú y pueden hablarse más libremente que hace algunos años,
tanto en el ámbito de la ciencia como en el social o familiar, lo cierto es que recurrir a los
conocimientos de un tercero para que intervenga cuando se presenta un problema o afección de índole
sexual sigue siendo, para algunos, una asignatura pendiente.
Los hombres suelen esquivar la consulta médica con el
sexólogo no sólo por temor al diagnóstico sino también por vergüenza a exponer sus disfunciones o
afecciones. Pero además otro tema que está siempre latente, en este caso en ambos sexos, es la
consideración del ejercicio de la sexualidad y los problemas que de ella derivan como tema menor,
como una cuestión de placer y no de salud.
Para algunos todavía persiste el mito que indica que el
conocimiento sexual se trae de nacimiento y que informarse o consultar sobre estos temas es algo
inusual.
"Por esta razón los hombres y mujeres llegan a pensar que un especialista los
puede aconsejar mal, confundir o interferir en el desarrollo de la pareja. Además, como en otras
especialidades, aparece el miedo a un diagnóstico negativo", postuló la doctora Beatriz Literat,
médica ginecóloga y sexóloga clínica, en referencia a las razones que pueden demorar el encuentro
de la pareja con el especialista.
"No obstante cuando se concreta la primera consulta estas
sensaciones cambian: la gente se relaja y puede despejar dudas, y también enfrentar tabúes y miedos
que no tienen fundamentos, situación que les permite hallar la solución para problemas de larga
data. En este sentido no debemos olvidarnos que la práctica sexológica moderna tiene los recursos
para dar solución a más del 90 por ciento de las disfunciones sexuales, sobre todo si tenemos en
cuenta que muchos de los trastornos que persisten en el tiempo por falta de conocimiento no tienen
la categoría de enfermedades", detalló la especialista.
Otra de las barreras que se interponen entre el problema y
la consulta —de la cual resultará la elaboración del diagnóstico que permita abordar la
condición— es la creencia de que se trata de algo pasajero. Debido al estrés y las presiones
que caracterizan la vida de cualquier hombre o mujer muchos tienden a pensar que una disfunción
puede ser producto de situaciones de nervios o angustia y que, por lo tanto, desaparecerá con el
tiempo.
"Los problemas de índole sexual pueden aparecer tanto en
hombres como en mujeres y a cualquier edad, siendo necesario establecer, primero, las diferencias
de acuerdo a las características propias del paciente y a su sexo para luego determinar cuáles son
los cuadros más frecuentes. Las causas son diversas, contándose entre las principales el estrés,
los problemas hormonales o de pareja y la ingesta de medicamentos", explicó a Pro-Salud News el
doctor Roberto Gindín, médico especialista en sexología.
Unos y otras
Con respecto a las diferencias entre sexos el doctor Juan Carlos Kusnetzoff,
médico especialista en sexología y director del Programa de Sexología Clínica del Hospital de
Clínicas y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), indicó que durante
la adolescencia y la juventud los hombres, por lo general, sufren problemas de eyaculación,
mientras que a partir de los 35 años lo más común es tener inconvenientes con la erección. "Esto
les genera desconcierto y angustia, razón por la cual es probable que terminen consultando más
rápido que las mujeres que, más afectadas por la falta de deseo sexual y la anorgasmia, llegan
derivadas".
Los especialistas consultados coincidieron al señalar la
importancia de prestar atención a dolores o molestias que puedan ser el indicio de un problema de
mayor gravedad, como también recurrir al especialista en pareja, condición muy favorable para el
abordaje de cuestiones relacionadas con desencuentros y falta de vinculación.