Para prevenir accidentes en el agua, tanto de río como de mar, no hay que usar
salvavidas tipo anillo ni flotadores. Estas y otras recomendaciones, muchas veces diferentes a los
cuidados que hay que tener en la pileta, servirán para disfrutar a pleno del agua en ambientes
naturales.
Si el lugar elegido para veranear es la playa, vale como
prevención un primer consejo: respetar las fuerzas de la naturaleza. Hay que tener en cuenta que si
un niño está totalmente sumergido, las posibilidades de sobrevivir en aguas turbias como las de la
playa son de por sí dramáticamente inferiores a las que tiene en las aguas claras de una
piscina.
Y esto, sin tener en cuenta la cuestión de las corrientes y
las olas, que hacen que las playas decididamente no sean el mejor lugar para aprender a nadar, si
es que no se aprendió antes. Justamente, los adolescentes o preadolescentes que se meten en este
tipo de agua saben nadar... o dicen saber nadar. Y esta es una causa frecuente de accidentes que
pueden ser fatales.
La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) recomienda en su
Manual de Prevención de Accidentes que, en primer lugar, haya siempre un adulto que sepa nadar
vigilando desde la playa —o desde una embarcación— a los chicos que se encuentran en el
agua. Los chicos, de cualquier edad, deben entrar en el agua sólo con un adulto que sepa nadar.
El salvavidas
u El salvavidas recomendado para la playa es el chaleco salvavidas. Los
salvavidas con forma de anillo, indica expresamente el manual de la SAP, no son apropiados, e
inclusive se desaconsejan: es mejor no tenerlos.
u En aguas de playa, los colchones de agua, flotadores o cámaras de coches dan
una falsa impresión de seguridad que lleva a muchos a cometer imprudencias. Las olas, remolinos y
torbellinos de agua son realmente ingobernables para un chico, aunque sepa nadar. En ningún caso
hay que alejarse demasiado de la playa.
u Los salvavidas neumáticos pueden dañarse fácilmente, y en muy pocos segundos
quedar sin aire y dejar a la persona totalmente a merced del agua. Por eso es tan perjudicial la
confianza que se pueda tenerles. Los chalecos salvavidas, por el contrario, poseen cámaras
independientes de aire: si una se pincha hay menos capacidad de sostén, pero el resto de las
cámaras siguen teniendo aire.
u En las proximidades de aguas no transparentes —o sea, en cualquier
playa— los chicos deben tener el salvavidas puesto aunque no se metan al agua, en especial
los más chiquitos. Lo mismo al ir en bote o en cualquier embarcación.
Embarcaciones y esquíes
u Una de las causas más frecuentes de accidentes en la playa se da cuando alguna
pequeña embarcación se acerca a la zona balnearia. Por otra parte, jamás se debe nadar cerca de una
embarcación con hélice.
u El esquí acuático sólo es aconsejable para chicos mayores de 5 años que sepan
nadar, y siempre con chaleco salvavidas.
Es necesario enseñarles que si llegan a caerse se deben soltar inmediatamente
para no ser arrastrados a través del agua.
El incremento del turismo en localidades balnearias ha llevado a algunas
organizaciones, en todo el mundo, a formular nuevas normativas a fin de regular la actividad en las
playas.
Impacto ambiental
El doctor José Dadón, biólogo del Conicet, trabajó en la redacción de pautas
para disminuir el impacto ambiental del turismo en los balnearios de mar y de río. Con las
secretarías de Ambiente y la de Turismo, Dadón trabajó en la redacción de una serie de pautas que
se usaron en el diseño de las directrices para la gestión de calidad en playas y balnearios,
aplicadas como prueba piloto en las ciudades bonaerenses de Mar del Plata, Villa Gesell y
Necochea.
Lo que se busca con ellas es, entre otras cuestiones, la
conservación de zonas vulnerables, como islas pequeñas, arrecifes de coral, aguas costeras,
manglares, humedales costeros, playas y dunas. El crecimiento el turismo puede provocar
urbanización excesiva y desordenada, aumento de tránsito de vehículos de doble tracción y deterioro
de los recursos naturales ante el incremento de visitantes.
Para todos
Garantizar la accesibilidad a personas con capacidades
restringidas y contar con una señalización estandarizada es otro de los desafíos. Si los servicios
básicos no están garantizados (por lo menos, un baño público para clientes y no clientes) la gente
termina usando el mar, el río o los médanos como baños de urgencia.
Cuando la playa no está correctamente vigilada, o se encuentra sucia y
descuidada y no hay recipientes para la basura es cuando suceden los accidentes en la arena. En las
recomendaciones de SAP se indica que las heridas más frecuentes se dan con piedras, envases de
vidrio o lata, clavos u otros objetos de metal, o con cigarrillos encendidos. Por eso hay que usar
siempre zapatillas.