Buscando en el diccionario, se define a la soledad como "carencia de compañía, pesar y melancolía que se siente por la ausencia, muerte o pérdida de alguna persona o cosa".
Buscando en el diccionario, se define a la soledad como "carencia de compañía, pesar y melancolía que se siente por la ausencia, muerte o pérdida de alguna persona o cosa".
Desde el punto de vista psicológico, la soledad nada tiene que ver con un cambio de domicilio, el divorcio, el envejecimiento o la pérdida de un ser querido. Lo sorprendente es que muchas veces se puede dar como una condición crónica, arraigada por muchos años, que suele traer consecuencias físicas y hasta mortales.
Ya desde la época en que fue descubierto el marasmo, por el pediatra y psicólogo Spid, hay una relación directa entre la falta de amor-contacto y la supervivencia de los niños en los hospitales, aunque se los mantenga limpios y bien alimentados. El alimento espiritual del cariño es tan importante como el alimento nutricio.
Con el transcurso del tiempo la ciencia fue avanzando y se pudo establecer que la soledad también está presente en casi todas las enfermedades como el cáncer, los trastornos psicológicos, las disfunciones pulmonares y las patologías del corazón, entre otras; al respecto se dice que muchas personas mueren por tener un "corazón solitario".
Los más débiles
Las personas más propensas a sufrir de soledad son los niños y los ancianos, como los dos polos "más débiles", pero la realidad actual nos demuestra que los que corren el mayor riesgo son los adolescentes y adultos jóvenes. Esto lo podemos ver reflejado en las letras de las canciones que escuchan y la actitud de aislamiento para con su familia y demás personas que se encuentran a su alrededor.
Cuando una persona está pasando por un estado de soledad es importante saber sus posibles causas; puede asociarse a una crisis como por ejemplo la viudez, el alejamiento de un ser querido, etcétera. Recién entonces cuando se conocen las razones, podemos pensar en cambiar ese estado, pero ¿podemos cambiarlo? Desde luego que sí.
Una de las formas para cambiarlo es concentrar nuestras energías en actividades que nos pongan en contacto con nosotros mismos y con los demás. Siempre es bueno saber que la acción modifica el inconsciente y, por ende, nos pone en una mejor situación. Emprender alguna actividad nueva y sobre todo recreativa (deporte, voluntariado, clases de baile que permiten abrirse al contacto con "el otro", o cursos que se han postergado) hace que el consejo espiritual de quien valoramos, ya sea terapeuta, sacerdote o rabino nos haga sentir menos desesperados y dependientes y a su vez nos permita ganar confianza, autonomía y elevar la autoestima, volviéndonos más atractivos con uno mismo y simultáneamente para los demás. Es bueno concentrase en lo que nos gusta hacer y definitivamente hacerlo.
Todos estos cambios suelen producir menos ansiedad. Es bueno saber que la soledad desaparece cuando empezamos a fomentar una actitud abierta frente a la vida y lo mejor, cuando nos encontramos dentro de un círculo de amigos.
Miguel López
Psicólogo