Un numeroso grupo de migrantes secuestró un buque de carga que los rescató en el mar Mediterráneo y obligó a la tripulación a cambiar el rumbo de la embarcación que se dirigía a Libia para enfilar hacia Europa, indicaron autoridades de dos países europeos.
El ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini, identificó la embarcación como el barco petrolero El Hiblu 1. Salvini agregó que el buque había rescatado a cerca de 120 personas y describió lo que sucedía como "el primer acto de piratería en altamar con migrantes" como supuestos secuestradores.
La nueva ruta dirigió al barco rumbo a la isla italiana Lampedusa y el país insular de Malta. Los gobiernos de ambos países se comprometieron a impedir que el buque llegue a sus aguas territoriales en el Mediterráneo.
"Pobres náufragos, que secuestran un barco mercante que los salvó porque querían decidir la ruta del trayecto", declaró Salvini, quien dirige el partido antinmigrante Liga.
Hasta el momento no hubo noticias sobre la condición de la tripulación del El Hiblu 1.
Los reportes de los medios italianos señalan que la tripulación planeaba llevar al grupo que rescató y se disponía a hacerlo cuando los migrantes tomaron el control de la embarcación a 10 kilómetros de la costa de Libia.
Mediterránea, un grupo privado que opera un buque de rescate y monitorea el trato que los gobiernos dan a los migrantes, pidió compasión para el grupo que secuestró al barco e indicó que esperaba que los países europeos actuaran "en nombre de los derechos fundamentales, recordando que lidiamos con seres humanos huyendo del infierno".
Las Fuerzas Armadas de Malta indicaron que personal militar seguía de cerca los acontecimientos y que el petrolero todavía estaba esta noche en aguas libias.
Un funcionario militar maltés dijo que el barco llevaba 108 migrantes. El funcionario habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado para dar información a la prensa.
Añadió que Malta no permitiría que el buque secuestrado ingresara a aguas del país.
La migración masiva a Europa ha caído bruscamente desde 2015, cuando el continente recibió un millón de refugiados y migrantes de países del Medio Oriente, Asia y África. El aumento creó una crisis humanitaria en la que viajantes desesperados con frecuencia fallecían ahogados y los principales destinos de llegada como Italia y Grecia batallaban para albergar la enorme cantidad de personas en busca de asilo.