Masiva convocatoria en el Vía Crucis del Monumento a la Bandera
La crucifixión se convirtió en el momento más fuerte de la ceremonia.

Sábado 20 de Abril de 2019

La cruz se elevó en el Propileo, el haz de un seguidor la iluminó y la crucifixión se convirtió en el momento más fuerte de la ceremonia. La misma que una hora antes había reunido a los actores en una previa a dos vías, con guiones y oración. Una vez más, el Movimiento Evangelio de Caná, personificó el Vía Crucis en el Patio Cívico del Monumento. Los trajes, la música y los relatos hicieron lo suyo para que la noche retrocediera hasta el siglo I.

Más de mil personas colmaron las escalinatas y quienes no pudieron sentarse engrosaron los laterales desde la vereda de calle Córdoba. Con reposeras y termos, jóvenes, familias con niños, gente mayor, solos o en grupos, fueron llegando al lugar, cerca de las 20. Según los organizadores, la mayor parte son turistas invitados con volantes durante el día.

El Vía Crucis comenzó con la representación de la Ultima Cena en el Patio Cívico y, a partir de allí, se realizó el pasaje de las 14 estaciones ocupando diferentes espacios ornamentados. A la crucifixión le siguió la escenificación del descenso del cuerpo de Jesús, para culminar, nuevamente en el Patio Cívico, con la escenografía del sepulcro.

Durante las casi dos horas, los fieles aportaron silencio y recogimiento. Los sentidos se colmaban de imágenes fuertes, pero al mismo tiempo, las voces que guiaban, los llevaban a la oración y a la introspección. El cierre estuvo a cargo del arzobispo Eduardo Martín, quien dio la bendición de despedida, ya sobre las 22.30.

Vivencias

"No es una actuar, cada uno de nosotros trata de vivenciar con los mismos sentimientos que pudieron haber tenido los protagonistas en aquel momento", dijo María Inés Bértolo. Comenzaron hace 18 años y hoy son 200, incluyendo gente de los barrios donde realizan trabajo social, tal el mandato de su fundador, el padre Héctor García, explicó Juan José Ruggiero. Se preparan durante meses y participan familias enteras, y van rotando en los roles en cada edición.

¿Por qué personificar? "Porque es una especie de evangelización masiva", dijo Leandro Cantagallo, quien interpretó a Jesús. El grupo confecciona sus trajes y se prepara espiritualmente, esperando que sirva para tocar los corazones. "En este Vía Crucis la gente está quieta, la que camina es la escena", contó Jorge Paleari. Y dijo que meditación y oración son los objetivos de la intervención que realizan.

"Este año pedimos que trajeran alimentos no perecederos", comentaron antes de entrar en acción. Reunidos en la Casa de Cáritas, soldados romanos, apóstoles, sumos sacerdotes, se tomaron selfies, ajustaron sus trajes, formaron un círculo y oraron. "Ahora en silencio y humildad, nos vamos al Monumento", dijo el padre Juan Pablo Lazarte. Tenían razón, no son actores, la fe les escribe los guiones.