La dimensión que tiene la problemática de las adicciones en la actualidad obliga a generar acciones comprometidas y también creativas a los equipos de salud. En una sociedad afectada por las ansiedades, la desigualdad, los temores, los excesos y el consumismo intentar poner un coto a la dependencia de sustancias que producen daños a los individuos —tanto física como psíquicamente— es sumamente complejo. En este contexto, la Municipalidad de Rosario redefinió el programa de prevención y consumo de alcohol y sustancias psicoactivas que incluyó, entre otros movimientos, la creación de La Estación —un espacio que nuclea el trabajo de diversas instancias gubernamentales locales y provinciales que antes actuaban de manera más aislada— y campañas en vía pública, boliches y otros espacios de reunión masiva haciendo eje en esta idea: "Si sentís que te caés, Rosario tiene una red".
Desde que se lanzó esta movida —que tuvo su puntapié en la primera de las megafiestas electrónicas que se hicieron en la ciudad luego de la tragedia de Costa Salguero, en Buenos Aires— se triplicaron, y más, las consultas de personas preocupadas por sus excesos que llegaron a La Estación, ubicada en Gálvez entre Maipú y Laprida. Ese lugar se montó como un espacio de referencia, bien concreto, que brinda asesoramiento y atención, con una mirada integral, a quienes tienen consumos problemáticos. Así lo definió Paola Cocconi, directora de Salud Mental de la Secretaría de Salud Pública de la Municipalidad de Rosario, quien en diálogo con Más destacó que "se logró tener un lugar que ordene y redimensione las estrategias con las que se aborda esta problemática. Con cada usuario/a que llega se hace un trabajo personalizado, a cargo de equipos capacitados, para intentar que esa persona logre, a partir de la restitución de sus lazos sociales, apostar a un proyecto vital que generalmente se encuentra dañado como consecuencia de los consumos problemáticos".
¿Es una política de reducción de daños? "Sí. De riesgos y de daños. En este paradigma, como Estado, nos ocupamos de los padecimientos sociales, nos planteamos asistir, pero siempre anteponiendo el respeto a la persona y no dictaminando lo que tiene que hacer o dejar de hacer", dice Cocconi.
"Desde el municipio trabajamos para acompañar, para cuidar a cada ciudadano y en particular, en nuestra tarea específica, a quienes tienen problemas con el consumo. No le decimos: «Dejá de consumir», sino que nos centramos en un proyecto vital, en la posibilidad de que esa persona logre tener una mejor calidad de vida, estar conectada con aquello que perdió: las uniones y lazos familiares, el encuentro con los amigos, el contacto con sus pares, su trabajo. Sabemos que el consumo de sustancias no tiene nada de vital, entonces nos planteamos cómo volver a acercar a ese joven, a ese hombre, a esa mujer a la vida", enfatiza.
Entornos y realidades
Bajo la dirección del experto Fabián Repetto, un equipo de Cippec (una entidad que analiza los sistemas educativos, sanitarios, fiscales, políticos, jurídicos de distintos Estados) realizó un exhaustivo estudio sobre la realidad de Rosario en relación al consumo de drogas, en el marco del proyecto "Hacia una política integral para reducir la venta y el consumo de alcohol en menores". Los resultados de este trabajo impulsaron a los equipos de las distintas áreas municipales a encarar algunos cambios de enfoque en relación al abordaje de las adicciones. "Una de las primeras acciones fue establecer mesas de trabajo tanto con organizaciones vinculadas al abordaje, como con empresarios de la nocturnidad y espacios de ocio, que permitió escucharnos respetando las miradas y trayectorias de cada uno, ampliando la perspectiva", dijo Cocconi.
"La combinación de alcohol con pastillas (lo que se denomina policonsumo) está hoy primera en la lista de las sustancias riesgosas que se consumen, seguida por el alcohol (en distintas formas) y luego por la cocaína", menciona.
Es, sin dudas, el policonsumo el que mayores esfuerzos exige a los equipos de salud en todo el país por el tipo de efectos psicofísicos que produce en los consumidores, por su magnitud y porque las crisis que genera suelen ser agudas, entre otros aspectos.
En la Argentina, según datos de Sedronar, el inicio de consumo de alcohol se ubica en los 13 años para los varones y los 14 para las chicas, con picos excesivos de consumo durante los fines de semana. Entre los menores de 12 a 17 años el consumo de alcohol se ubica en el 42% mientras que entre los 18 y 65 años está en el 77,25%. Aunque estos números demuestran claramente que el problema no es sólo de los pibes, también es cierto que la adolescencia ofrece un terreno muy fértil para toda vulnerabilidad por lo que el impacto en esta franja suele ser mucho mayor, y la necesidad de prevención también.
"A partir de este trabajo, que fue muy completo, tuvimos una devolución que nos hizo reflexionar muchísimo. Teníamos una enorme cantidad de acciones provinciales, municipales, también de Nación, de asociaciones de la sociedad civil, pero había cierta desconexión. La creación de La Estación generó un núcleo donde trabajamos tanto la prevención como la atención al usuario desde una gestión intersectorial. Obviamente ya había equipos capacitados, especializados, pero esto provocó un intercambio más profundo y necesario", explica Cocconi.
Después de ocho meses de la creación de este espacio se amplió la posibilidad de acceso. "Es una nueva puerta de entrada, si podemos llamarla así, para la gente que tal vez no está directamente conectada con un centro de salud. También para aquellos que pueden tener obra social y que tal vez realizaron tratamientos en el sector privado pero sin los resultados deseados. El Estado no excluye nunca, por eso este lugar está abierto para todas y todos", remarca.
"Llegan personas solas, pero también familiares, amigos, parejas de alguien que tiene un consumo problemático", agrega Cocconi.
Uno de los puntos que se planteó como desafío, explica la funcionaria, es que ese sitio no fuese visto socialmente como el lugar donde van las "personas adictas", algo así como un gueto o reducto de "los que tienen problemas con las drogas". La intención, remarca, fue exactamente la contraria. Hoy considera que el objetivo está logrado. "Pensamos esto como un sitio amigable donde hay tres instancias que comienzan con una primera escucha para comprender y orientar a quien se acerca a La Estación".
El aporte de la campaña, que tuvo su explosión durante el verano en sitios al aire libre, fue muy notorio. "Inauguramos La Estación a fines de julio de 2016 y ya teníamos un número importante de personas que se habían acercado. Pero con el lanzamiento de las acciones en vía pública, spots en radio y TV, se triplicó y hasta cuadruplicó la llegada de usuarios a partir de diciembre y enero. Ahora estamos en una pendiente que sube levemente, pero que sube", puntualiza.
El 44% de las personas que se acercan a La Estación lo hace a partir de que otro ciudadano (familiar, amigo o conocido) acude a pedir ayuda. También llegan derivados de instituciones o de otros equipos estatales de salud. Desde las guardias médicas también son derivadas personas después de que han tenido un problema puntual.
Motivaciones
La campaña en sí buscó ante todo, dice Cocconi, poner el tema en la agenda y concientizar. Se hicieron diversas acciones de divulgación y también se propusieron espacios o escenarios de juego para acercar a los más jóvenes. Uno de ellos fue el juego en tablet, PC y teléfonos móviles sobre consumos problemáticos, que a modo de un Memotest ayuda a entender más sobre el uso y abuso de sustancias psicoactivas y sus efectos.
¿Los jóvenes no saben lo que provoca el consumo excesivo de alcohol o la mezcla de alcohol con pastillas? Cocconi dice que a partir de la evaluación de estas acciones detectaron que no es cierto que tengan tan claro el daño que provocan, mucho más teniendo en cuenta que están en una edad en la que sienten: "Nada me va suceder a mí".
Otra de las tareas que destacó la directora de Salud Mental fue lo que hicieron en el verano los promotores de salud que junto a un grupo de bartenders (barmans) y con el apoyo del Mercado de Productores de Rosario
ofrecieron en distintos lugares tragos saludables con la intención de acercar a los chicos y en esa instancia hablar sobre los riesgos del consumo de sustancias.
Lo mismo ocurrió en los lugares bailables, donde se desplegaron dispositivos con el fin de evitar que los jóvenes se dañen consumiendo drogas. Este trabajo se hizo con empresarios de los boliches. "Nuestra intención es que disfruten sin correr riesgos. Es importante la toma de conciencia. No nos paramos en un lugar de prohibición porque sabemos que un contexto social y cultural que privilegia los consumos en exceso ya sea de tecnología, de ropa, de comida, de estímulos, no es por ese lado que lograremos protegerlos", enfatiza la funcionaria, quien admite que esta mirada recibe muchas adhesiones pero también choca con otras posturas terapéuticas que buscan el fin del consumo de las drogas como objetivo único.
"Insisto: queremos llegar a que ese chico, esa mujer, ese hombre dejen las drogas, pero también sabemos que detrás de cada uno hay una historia, una vida en la que pasaron cosas que pudieron vivirse de un modo y no de otro, marcas que se suman y que confluyen en el consumo problemático, y eso no puede ser visto como blanco o negro. Desde La Estación fomentamos la restitución de lazos como tratamiento clínico, y siempre sin estigmatizar".
Acciones para ayudar
La campaña que se lanzó desde la Municipalidad se pensó con un enfoque multiplataforma que incluyó relatos de jóvenes y adultos de ambos sexos. Se buscó que fueran personas con perfiles muy diversos. Se armaron con los testimonios distintos spots que se vienen mostrando en bares, boliches y otros espacios públicos. "Lo que se intentó es poner el foco en que es un problema de todos. Se brinda información útil sobre los consumos de sustancias y sus efectos, y también se intenta que las familias se comprometan en sus hogares a hablar de este tema", manifiesta la directora de Salud Mental de la Municipalidad de Rosario, Paola Cocconi, quien destacó el trabajo que se hizo con las áreas de comunicación del municipio. La funcionaria recordó que hay un número telefónico para buscar ayuda o intentar encontrar alivio a la situación personal o de un familiar. Ese teléfono es el 4808797. La Estación. El espacio de asistencia al que se pueden dirigir se halla ubicado en Gálvez entre Maipú y Laprida y está abierto de lunes a viernes de 9 a 18.