Más habló con Daniel Piskorz, director del Centro de Investigaciones Cardiovasculares y socio gerente del Instituto de Cardiología del Sanatorio Británico, entidad que cuenta con una Unidad de Pie Diabético en la que los profesionales intentan prevenir o minimizar las consecuencias de esta condición en hombres y mujeres que como consecuencia de su enfermedad tienen secuelas indeseables en miembros inferiores.
"En primer lugar me parece importante tener en claro cómo es el tema de la diabetes en la Argentina. De acuerdo a la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo Cardiovascular la frecuencia de la diabetes está en el 12 a 13 por ciento de la población cuando históricamente se ubicó entre el 8 y el 12 por ciento", dijo el médico.
"Esos datos dan cuenta de que hay 3 millones de adultos con diabetes tipo 2, lo que representa un problema gravísimo de salud pública", agregó.
La enfermedad está relacionada con la obesidad y sobrepeso, y en nuestro país crecieron tanto una como la otra, al punto de que más del 60 por ciento de la población tiene kilos de más.
"La diabetes es un problema complejo de revertir ya que está ligado a los malos hábitos, a que se consume una carga calórica que es superior a la que un ser humano necesita. Pero no sólo es alta, sino que además la constitución de esa carga calórica es inadecuada", remarcó.
Como ejemplo, el médico mencionó que en la encuesta nacional se develó que en las mujeres de entre 10 y 49 años el promedio de calorías que se consumen en forma diaria provienen de las grasas y no de los hidratos de carbono". El promedio de las mujeres argentinas jóvenes recibe una carga excesiva de calorías. Encima son grasas trans o grasas no saturadas que ayudan a generar aterosclerosis", comentó.
Estas calorías se depositan en el cuerpo como grasas generando, entre otros problemas, el sobrepeso. Si a eso se le suma la falta de actividad física, el combo es explosivo.
"El sedentarismo (personas que no hacen ningún tipo de ejercicios físicos) es elevadísimo. Y una de las tantas consecuencias del exceso de kilos y de la inactividad física es la diabetes, que va en aumento", dijo el profesional.
La mitad no sabe
El 50 por ciento de la población que tiene diabetes no lo sabe. Eso es de por sí muy grave. También hay que tener en cuenta que hay otro porcentaje, no menor al 6 u 8 por ciento (alrededor de 2 millones de personas) que tienen lo que se denomina prediabetes. "En los próximos 5 años, el 50 por ciento de esos hombres y mujeres serán diabéticos si no hacen nada al respecto", comentó Piskorz.
El especialista señaló que la diabetes produce enfermedad microcardiovascular y macrocardiovascular. "Cuando hablamos de lo microcardiovascular nos referimos, por ejemplo, a las alteraciones en el fondo del ojo como la retinopatía diabética (que provoca pérdida de visión progresiva) y la nefropatía diabética (la mitad del número total de personas que ingresa a diálisis lo hace como consecuencia de problemas renales provenientes de su diabetes).
Además está lo macrovascular como la enfermedad coronaria, la cerebral y la enfermedad arterial periférica. Justamente es esta última la que provoca problemas en miembros inferiores (piernas, tobillos, pies).
"La diabetes tipo 2 genera un proceso de aterosclerosis acelerada en todos los territorios arteriales pero principalmente en las piernas. Los trastornos circulatorios que provoca hacen que no llegue sangre adecuadamente y se produzcan trastornos en la piel, el tejido celular, en los tendones, en los músculos y hasta en los huesos de las piernas". remarcó el especialista.
"Para evitar estos efectos indeseables el paciente debe tener un control glucémico perfecto, tener controlada la glucemia 24 horas en valores estables. Lo que pedimos los médicos es algo que se llama hemoglobina glicosilada, que mide el control metabólico en los últimos meses de cada paciente. Si tiene un mal resultado nos alerta de que hay posibilidades de desarrollar trastornos en las piernas. Por eso, el punto central de la prevención es tener controlada la diabetes, aunque no haya cura para la misma", agregó.
Cuidados necesarios
"Todo paciente diabético debe aprender a controlar sus miembros inferiores, observarse, ver que la piel no esté seca, que no haya grietas. Tiene que usar un buen calzado, que no traumatice las piernas. El podólogo es muy importante para mantener la salud de los dedos y de las uñas. No basta con colocarse una crema y listo. La crema debe usarse, siempre recomendada por un médico, pero no debe suplantar a los controles. Es una pésima decisión manejar estas cosas sin control profesional", señaló.
La postura al caminar también cumple un rol. "Por un modo incorrecto de llevar adelante la marcha se puede empeorar la situación. De allí que sea tan relevante tener un equipo multidisciplinario entre quienes tratan a una persona con diabetes. El kinesiólogo, el podólogo, como mencionaba, tienen que formar parte de los cuidados cotidianos porque la mala mecánica al deambular es un factor de riesgo para lesiones tróficas en las piernas".
La piel agrietada es una de las situaciones que puede avisar de lesiones tróficas más importantes que las pequeñas cicatrices o pliegues.
Si las arterias se siguen tapando por efecto de una diabetes no controlada o mal controlada el problema en las piernas continúa y empeora. "La diabetes también afecta a los nervios de los miembros inferiores, generando neuropatía diabética que genera dolor, calambres. La neuropatía diabética puede estar asociada a la arteriopatía y se asocia con lesiones tróficas", dijo el experto.
"En nuestro centro de atención tenemos habitualmente de una a cuatro personas por semana que están siendo estudiadas o tratadas con stent o cirugías de by pass en miembros inferiores para evitar amputaciones o lograr que las amputaciones sean lo más acotadas posible", mencionó Piskorz.
La amputación es además un predictor de mortalidad. "No sólo genera un hecho traumático en la vida de esa persona y sus familiares sino que en el 40 por ciento de los casos es posible que esa persona fallezca en los próximos dos años. La mitad de los que tienen que sufrir una amputación de miembro por diabetes muere a los dos años", remarcó. "Por eso es que creemos que hablar de esto es necesario. El paciente debe conocer los riesgos y tener un centro multidisciplinario de atención. Es un tema grave si no se aborda adecuadamente", puntualizó el médico.
"Cuando nos encontramos con un paciente con pie diabético encontramos además que hay enfermedad coronaria severa y problemas renales y cerebrales. Cuando hallamos úlceras u ostiomielitis en piernas hacemos un control exhaustivo de la persona porque seguramente su diabetes está mal controlada, porque le restó importancia, porque no cumple con el tratamiento. Sabemos que no es sencillo hacerlo, el diagnóstico de diabetes implica un cambio de vida muy grande: dieta, ejercicio físico, dejar el cigarrillo si la persona fuma, controles médicos habituales, control de sus pies y piernas, chequeos oftalmológicos, lo que pasa es que si esto no se cumple las consecuencias son severísimas", enfatizó Piskorz.
"Vemos, por fortuna, que con acciones tempranas estamos bajando el número de amputaciones. Pero si el paciente llegó a esa situación es porque hay una mala evolución de la diabetes, de muchos años. Por eso insisto: lo mejor es tener durante toda la vida una dieta adecuada, hacer ejercicio en forma regular, mantenerse en peso; pero si la diabetes ya se diagnosticó lo que hay que hacer es cumplir con todo lo indicado por los médicos. Es la única manera de evitar consecuencias que pueden traer discapacidad o muerte", alertó el médico.