La niña, que viajaba en un asiento distinto al de sus padres, estaba dormida y tardaron unos minutos en despertarla. Uno de los asistentes del vuelo tuvo que llamar a los padres de la pequeña para avisarles de que se habían olvidado de su propia hija.
Los padres, que no se dieron cuenta de que su hija seguía dormida cuando aterrizó el avión, se han excusado diciendo que creían que su hija les estaba siguiendo al desembarcar, ya que ellos estaban ocupados bajando el equipaje.
Finalmente, un coche recogió a la nena del avión y la llevó hasta el aeropuerto, donde la esperaban sus padres.