La salud de Diego Armando Maradona, nuevamente en el centro de la escena, se movió siempre al compás de sus excesos y, del mismo modo que su vida, “no tiene grises”, sintetizó con acierto su médico personal, Leopoldo Luque.
La salud de Diego Armando Maradona, nuevamente en el centro de la escena, se movió siempre al compás de sus excesos y, del mismo modo que su vida, “no tiene grises”, sintetizó con acierto su médico personal, Leopoldo Luque.
“Diego no sólo fue único en el fútbol, sino que físicamente también ha demostrado tener un físico privilegiado, en sus repetidas recuperaciones, con pérdidas de peso y reapariciones donde se lo ve muy bien. No tiene grises, cuando él dice estar muy bien, es porque lo está”, dijo Luque días atrás.
El médico atiende a Maradona hace más de cuatro años, aunque antes era difícil seguirlo por los viajes del ahora DT de Gimnasia, quien dirigió equipos en Emiratos Árabes Unidos y en México.
Internado por un deterioro general en su salud, “anémico y algo deprimido” según su entorno, Diego fue trasladado a Olivos y sometido a una intervención quirúrgica por un “hematoma subdural”, un coágulo en la cabeza, nuevo episodio en una cronología que tiene innumerables vaivenes:
1982: padeció hepatitis benigna tipo A mientras estaba en Barcelona.
1983: sufrió una de las peores lesiones de su carrera, fractura de tobillo izquierdo, tras una fuerte falta de Andoni Goikoetxea en un partido entre Barcelona y Athletic de Bilbao.
1991: como jugador de Napoli dio positivo por cocaína en un control antidoping tras un partido de la Serie A contra Bari. Ese mismo año fue detenido con drogas en su poder en un departamento del barrio de Caballito: fue obligado a someterse a un tratamiento terapéutico contra las adicciones.
1994: volvió a arrojar positivo en un control antidoping, por efedrina, luego del partido Argentina-Nigeria por la primera rueda del Mundial de Estados Unidos 1994.
1997: sufrió un pico de presión y debió ser hospitalizado mientras participaba de un programa de televisión en Chile.
2000: fue internado de urgencia en Punta del Este, Uruguay, luego de una crisis hipertensiva y un cuadro de arritmia. Ese mismo año, en Cuba, tuvo un accidente y sufrió lesiones leves.
2004: se internó de urgencia en la Clínica Suizo Argentina de Buenos Aires por una crisis cardíaca y una infección pulmonar.
2005: con 120 kilos de peso, se sometió a un by-pass gástrico en Colombia para reducir el tamaño de su estómago.
2007: por un cuadro de abuso de alcohol lo internaron en el sanatorio Güemes de Buenos Aires. Días después del alta lo internaron en un hospital de Ezeiza por reactivación de una hepatitis tóxica, cuadro por el que más tarde lo trasladan a una clínica porteña.
2019: se sometió a una operación de rodilla (prótesis).
2020: durante la cuarentena obligatoria por la pandemia de coronavirus adelgazó once kilos.
2020: fue internado voluntariamente en La Plata por un deterioro de su salud. Su entorno lo veía anémico y deprimido. Le hicieron una serie de estudios. Estaba “lúcido y consciente”, afirmó su médico. Lo trasladaron a Olivos para operarlo de un hematoma subdural.