Un importante médico empresario de la ciudad está muy molesto por estos días. Es que por consejos de otros médicos llevó parte de sus inversiones a un supuestamente prestigioso agente de bolsa de calle Santa Fe con el cual habían trabajado sus “abus”. Ese agente del mercado, vinculado con sus abuelos, le sugiere como primera inversión adquirir cheques en la Bolsa de Comercio de una empresa que a los diez días entró en default, por lo cual el primer asesoramiento resultó fallido. Lo peor de la situación es que nadie los atendió ni dio respuestas cuando surgió el reproche al agente de Bolsa. De inmediato, en la city local surgieron algunos interrogantes. ¿Lo legal y el prestigio van de la mano de lo ético? ¿Se han perdido valores o algunos que tienen prestigio lo único que tienen es dinero?