Por Gustavo Orellano
De los tres sospechosos que habían sido detenidos por el caso de femicidio que la semana pasada conmocionó a Casilda sólo uno quedó vinculado a la causa y seguirá preso al ser imputado como presunto autor del horrendo crimen y dictarse su prisión preventiva por 90 días. Así fue resuelto en una audiencia desarrollada ayer en la ciudad cabecera del departamento Caseros por la jueza interviniente Mariel Minetti, quien hizo lugar al pedido de los fiscales de la causa Emiliano Ehret y Marianela Luna. En ese marco rechazó el planteo de la defensa, representada por Evangelina Bonacalza y Fernando Ritondale, que pretendía la libertad del incriminado o al menos una arresto domiciliario.
Se trata de un sujeto de 67 años, identificado como Héctor Lirusso, a quien se lo acusa de haber matado a golpes a Carmen Basilea Rodríguez, la remisera de 69 años cuyo cuerpo fue hallado el jueves pasado, cerca de las 21, en el garaje de su casa de Sargento Cabral 1864 en pleno barrio Nueva Roma.
El presunto asesino utilizó como arma letal, ya secuestrada, un trozo de caño cilíndrico al que estaba soldada una planchuela de hierro en forma de L y con el cual le provocó a la indefensa mujer severas lesiones y traumatismos especialmente en la zona craneana que terminaron con su vida.
El demencial ataque parece haber sido la respuesta criminal a una discusión generada por una deuda que la víctima se habría negado a pagar y que terminó de la peor manera.
Así lo habría admitido el imputado cuando al ser detenido la tarde del último viernes, luego de otros dos sospechosos que luego recuperaron la libertad, reconoció ante la policía en forma "espontánea" y "quebrado en llanto" que había matado a la remisera porque "no le quiso pagar un trabajo" de jardinería que le había realizado en su casa.
Sin embargo esa suerte de confesión que consta en el informe que la Policía de Investigaciones (PDI) entregó a Fiscalía como parte de los elementos probatorios colectados no fue ratificada por el incriminado en la audiencia imputativa donde se abstuvo a declarar.
Y además la defensa sostuvo que lo manifestación atribuida al imputado "no tiene validez" porque supuestamente le fue violentado el derecho constitucional de garantizarle exponer ante la presencia de un abogado.
El argumento no fue suficiente para que la jueza invalide tales dichos al considerar que, al menos en esta instancia, forman parte del cumulo de indicios para sospechar de que el imputado es responsable del delito de femicidio que se le achaca y cuya calificación también dejo firme pese al pedido de modificación planteado por la defensa.
Las evidencias que comprometen al acusado no solo fueron suficientes para justificar que siga detrás de las rejas mientras continúa la investigación sino que parecen ser tan determinantes como contundentes para llegar a juicio y probar su culpabilidad.
Es que además del objeto con el que habría atacado a la mujer se suma el secuestro de ropa con manchas de sangre que el presunto homicida llevaba puesta cuando fue apresado en plena vía pública casildense además de su bicicleta azul con la que testigos aseguran haberlo visto llegar y luego irse o alejarse de la casa de la víctima momentos después del crimen que habría ocurrido entre las 15.30 y 17 del último jueves.
El presunto homicida solía ir al domicilio de la victima por trabajos de jardinería y no surgieron, al menos en lo que va de la investigación, que haya tenido algún tiempo de relación sentimental como se especuló inicialmente.
La mujer vivía sola y si bien conducía uno de sus remises afectados a la empresa "Radio Llamada Argentina" debió bajarse hace un par de semanas a causa de un problema de cadera, razón por la cual contrató a un chofer que se sumó a otro que ya tenía. También era dueña de una unidad que había puesto en venta al ser un modelo antiguo para cumplir el servicio de trasporte.
Con los conductores de sus coches estaba en permanente comunicación pero la tarde del jueves pasado no ocurrió lo mismo y al pasar varias horas sin tener noticias de ella fueron a su casa, ya de noche, y al encontrarse con la puerta de ingreso abierta llamaron a la policía.
Ello desembocó en el hallazgo de la mujer brutalmente asesinado en su casa, lo que motorizó una serie de medidas que derivaron en la detención de tres sospechosos de los cuales dos quedaron libres. Se trata de dos hombres identificados con las siglas C.A. y M.P y que habían sido apresados en barrio Alberdi pero con el correr de los horas no había motivos para que sigan detenidos.
Todas las pruebas conducen a que el atroz crimen tiene como responsable a único imputado en el caso que al momento de ser apresado llevaba la misma ropa que habría usado cuando mató a la remisera. Y no menos comprometedor es la lesión que presenta en una mano y que al parecer habría sido provocada durante el hecho.