Por Gustavo Orellano
Aunque el aumento de la tasa municipal casildense no representa un gran impacto para los bolsillos ni desató el fuerte rechazo que provocó en la ciudad la onerosa suba en materia de energía eléctrica, gas y agua, de todas formas tuvo también su costado polémico.
Y eso quedó reflejado en una votación dividida donde el oficialismo terminó haciendo valer la presidencia del cuerpo deliberativo para inclinar la balanza a favor del incremento que comenzará a regir a partir del año venidero.
Con la ausencia de la edila peronista Antonia Pierucci, la sesión se desarrolló con la participación de seis ediles de los cuales tres se manifestaron a favor y el resto en contra, por lo que el presidente del cuerpo, Pablo Zanetti, volvió a sufragar para desempatar y asegurar así la aprobación del tema en cuestión.
"La suba se fundamenta en la escalada inflacionaria y el incremento de los insumos municipales, especialmente el combustible, para prestar los servicios", explicó ayer a LaCapital el edil radical Mauricio Plancich, para justificar la posición asumida por el bloque del Frente Progresista que también integra el demoprogresista Hugo Racca.
Sin embargo, desde la oposición no acompañaron el planteo esgrimiendo diferentes razones. En tal sentido el concejal de Cambiemos Julio Yualé apuntó a que "no es justo que los barrios que carecen de servicios públicos, paguen el mismo valor que aquellos que lo tienen todo", tal como se expresó a través de las redes sociales para visibilizar su postura por la negativa.
Del mismo lado, aunque con otros argumentos, estuvieron los ediles del Frente Renovador Pedro Sanitá, y del Partido Justicialista Andrés Golosetti, quien hizo especial hincapié en la falta de "previsibilidad" para votar la suba de la TGI ya que el órgano deliberativo todavía no trató el presupuesto municipal para el 2019.
Críticas por el servicio
Además, el edil que forma parte del riñón político del senador departamental Eduardo Rosconi no ocultó sus críticas hacia la calidad de los servicios públicos municipales que calificó como "deficitarios".
No obstante votó, al igual que Sanitá, a favor de un artículo que autoriza al Ejecutivo Municipal desde marzo del año que viene a "ajustar semestralmente los valores de los servicios comprendidos en la TGI" aunque la suba no puede superar el techo del 30 por ciento anual.
Ello significa 10 puntos menos del 47 por ciento de aumento que se aplicó a la tasa municipal durante este año, sumando el primer incremento que fue del 22 por ciento y el actual que ronda el 25.
Yualé se mantuvo firme en su tesitura de no dar luz verde al oficialismo y tampoco acompañó el nuevo esquema de aumento de la tasa municipal que se aplicará en forma automática dos veces al año desde 2019. De esta manera modificó su comportamiento político en relación a la decisión que adoptó en marzo pasado cuando con su voto positivo facilitó al gobierno municipal implementar el anterior aumento de la TGI en un 22 por ciento.
Aunque no hizo declaraciones al respecto no pocos actores del mundillo político interpretaron la acción del referente macrista a nivel local como una señal contra el municipio que días atrás le cerró, a través de sus ediles, las puertas a Cambiemos para mantener la Secretaría del cuerpo, que quedó en manos del justicialismo, mientras que el Frente Progresista retuvo la presidencia.